Blog personal de Kechu Aramburu.
Investigación en Ciencias Sociales: Feminismo,Política,Sociología,Psicopedagogía,Ecología,Exclusión Social, Paz y No violencia, etc.
sábado, 15 de noviembre de 2014
Si el amor aprieta, no es tu talla.
En los últimos diez años, en la España de Camilo José Cela,
Jardiel Poncela, Francisco de Quevedo y don Juan Tenorio: 1.054.000
denuncias por violencia de género, 602.075 retiradas, 33 falsas, 109.000
sentencias absolutorias, un 36,6% el número de víctimas negándose a
declarar contra el maltratador, 700 mujeres asesinadas, y un recorte del
28% en los PGE para la lucha contra esta lacra. Este es el balance de
un sexismo hostil del que es contrario el 80% de la población, pero sólo
un 20% del machismo benévolo, ese que no asesina físicamente, pero es
más, mucho más, destructivo, porque no solo no se ve, sino que actúa
tratándote como a una reina, transformando el puño que golpea en la mano
que acaricia, protegiéndote y encerrándote en una jaula de oro. Las mujeres hemos sido educadas para gustar, ellos para elegir, los
hombres para mandar y ellas para cuidar, por eso cuando la encuesta del
CIS pregunta por el grado de preocupación que tienen los españoles por
la violencia de género, ocupa el puesto 22 en la lista. Cifra
insoportable e inmoral, relacionada con la vigencia de un patriarcado
que tiene una gran capacidad de adaptación y de normalización, sin
considerar que la violencia de género tiene ya carácter de «pandemia»,
teniendo en cuenta que el maltrato es la causa de cuatro de cada diez
asesinatos de mujeres en el mundo.
La alerta crece, cuando reconocemos que la violencia en la juventud
es un grave problema de salud pública, con fuertes raíces
socioculturales aprendidas, ya que el número de adolescentes maltratadas
se ha multiplicado por tres en los dos últimos años. Por ello, los
casos de acoso en la escuela o en Internet, contemplados con cierta
pasividad, son casi tan graves como el propio acoso. Reconocer que
existe esa agresión, y acabar con la excusa de que «son cosas de niños»,
es inaplazable.
Empieza por la alerta roja que significa que en España
hay diez millones de usuarios de Whatsapps, cuyo porcentaje muy
mayoritario corresponde a nuestros hijos y alumnos, aplicación que mal
usada está generando una dependencia emocional y social imparable,
fomentando la frustración cuando no se recibe una respuesta inmediata,
que funciona como mecanismo de control del maltratador temprano. La
vacuna se llama: detectar, prevenir y educar (DPE). Kechu Aramburu del Río Publicado en el Correo de Analucia el 14 de Noviembre del 2014