lunes, 30 de septiembre de 2013

Vamos a pasar frío

A finales del siglo XX, el ex-presidente Aznar dijo: “El cambio climático no es un fenómeno real, sino una teoría científicamente cuestionable que se ha transformado en una nueva religión cuyos abanderados son unos enemigos de la libertad”. 
 
Por tesis como éstas, así como el agradecimiento por haber privatizado “la empresa” con la venta del 25% de la compañía, en 2010 el presidente de Endesa, Borja Prado, fichó a Aznar para facilitar el acercamiento al PP, en un momento, en el que se daba por hecho la caída de Zapatero; además la incorporación del contratado sólo le costaría 400.000 euros anuales entre fijos y variables. La justificación era que el expresidente iba a asesorar a la multinacional en asuntos relacionados con Latinoamérica. Pero es evidente que el trasfondo era que Aznar hiciese de puente con Rajoy, para trasmitirle el apoyo a su candidatura y derivados. 
 
El déficit tarifario en el sector eléctrico viene acumulándose desde que Rato era vicepresidente económico, con competencias en energía en el primer Gobierno de Aznar, y ha generado una deuda reconocida de más de 26.000 millones. No es de extrañar que las tarifas domésticas en nuestro país sean de las más altas de Europa, mientras que el sector industrial se sitúa en valores medios bajos. Los españoles somos los terceros de Europa que pagamos más por la luz, según Eurostat, y desde 2007 según un estudio de la (OCU) la luz ha subido un 60% de media, pudiéndose producir un aumento del 50% más, tras la reforma del 2013. 
 
El sistema español, según el economista Fabra, es una torre de Babel en el que hay demasiados intereses empresariales y, hay alguien que se lleva más dinero del que debía. A finales de junio, el Congreso rechazó la propuesta de auditar el déficit de tarifa en España, agujero que se produce por opacas y conocidas razones.

 Este hachazo a familias y pequeños consumidores, en beneficio de las empresas, es una muestra más de la voluntad inquebrantable de este gobierno, de desmantelar a cualquier precio, los exiguos restos del estado del bienestar.

 El mensaje es nítido “la vuelta al brasero para quien no tiene dinero”.

Kechu Aramburu
Publicado por el Correo de Andalucia el 26 de septiembre

jueves, 19 de septiembre de 2013

Condenados por viejos

Hace pocos días, en un curso de formación del profesorado, realizábamos una dinámica para preparar la acogida del alumnado, y se formulaban cinco preguntas, una de ellas consistía en preguntar a tu compañera ¿qué quería ser de mayor? La docente que me tocó, respondió sin dudarlo, “yo quiero ser una pensionista feliz”, el resto de la sala cambió su respuesta, había prendido la llama, y tan concienzudo deseo fue plagiado sin rubor. 
 
Reconozco que me impactó que no dijera que quería ser escritora afamada u otra profesión idílica, ya en privado hurgué y los motivos fueron tan contundentes, que la situé para el tiempo venidero como portavoz de los súbditos de la ministra choquera Fátima Báñez. 
 
Esta reforma de las pensiones dice, descaradamente, que nos van a expropiar entre treinta y tres y ciento diez mil millones, llegando a 175 euros menos mensualmente, bajando un 28% nuestro poder adquisitivo. Nos serán robados del montante que hemos ido produciendo y ahorrando durante toda nuestra vida para cuando seamos más mayores. Paga que aparte de garantizarnos una vejez medio digna, hoy ya tiene un segundo e insustituible uso, poder mantener a hijos y nietos que están en paro o riesgo de estarlo. Actualmente los pensionistas son el sustento principal del 26,8% de los hogares españoles, 4 de cada 10 sobreviven gracias a estas prestaciones, y el gasto de los mayores de 65 años aumentó un 32,9%, lo que indica que el actual sistema de pensiones es un instrumento —ahora más que nunca— de carácter no sólo asegurador, sino sobre todo redistributivo, que en manos de las familias duplica sus efectos. 
 
El sendero de esta derecha neofranquista, según formato de la amenaza, significa condenar despiadadamente al jubilado a reducir drásticamente su consumo, cuando se supone que durante el envejecimiento además empeora severamente la salud, y requiere infinitamente más cuidados, que tendría que pagar del expoliado bolsillo.
 
La sostenibilidad de nuestro modelo, no es un conflicto económico, es una decisión rabiosamente ideológica, que adereza el miedo que nos inyectan para justificar la España desigual que están amasando, y que se está desangrando.

 Por eso cuidemosnos, porque hay algo más canalla que envejecer, y es envejecer culpabilizados por haber vivido demasiado.

Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia,
  el 19 de Septiembre del 2013

sábado, 14 de septiembre de 2013

¿Para qué sirve una derrota?


No ha sido la retirada desordenada de un ejército vencido, aunque nebulosamente nos recuerde el verano de 1588, cuando el rey Felipe II de España envió la famosa Armada Invencible, la flota más grande jamás construida, para invadir la Inglaterra de Elizabeth I. Contra esta poderosa armada se alineaban los expertos marineros ingleses, al mando de Drake, con sus rápidos navíos de guerra y sus superiores técnicas de navegación. Problemas de toda índole, de organización, militares, navales y, sobre todo, las terribles tempestades habidas en ese verano desbarataron los planes de Felipe II, convirtiendo la expedición española en un auténtico desastre. 
 
Parecido este macro suceso, “un descalabro” ha impedido que los planes de unos pocos salgan adelante. Es la foto impecable de la España 2020, como si el flash de Richard Avedon hubiera inmortalizado, a modo de prólogo, la narración de la historia contemporánea del Madrid de los Rajoy, Botella, y cía.
 
En medio de la crisis más elitista de Europa, que ha convertido en vulnerable a casi el 40% de la población española, el presidente del Gobierno de España, el presidente de la Comunidad de Madrid, la alcaldesa de la capital del reino, y los grandes de este país, más amigos, de viaje, BBVA, El Cortes Ingles, Iberdrola, Renault, despacho Garrigues,y la Consultora Bovis, entre otros… junto con la comparsa de nuestros grandísimos deportistas seducidos vilmente con un arsenal de voluntarios medievalistas, y una inmensa mayoría de medios de comunicación errando el tiro, deciden sacar el conejo de la chistera, embarcar a los huérfanos de ilusión de este machacado país en una aventura obamista haciéndoles creer que es posible jugar a los Juegos, un territorio casi embargado, sin crédito económico ni político, de smoking e intentando hacer caja con la ruleta, poniendo como colofón a esta tragicomedia, unos ilustres analfabetos en la primera lengua de comunicación internacional.
 
Si no hay dinero para pagar la luz y el agua, y comer frío o caliente todos los habitantes de la España del siglo XXI, en términos democráticos, el amago de este evento tiene el color del delito, el sabor de la inmoralidad y el olor de la estafa. Hay probados indicios, actúese. Por pasiva, pero especialmente por activa.
  
Kechu Aramburu

Publicado en el Correo de Andalucia,
el 13 de Sepptiembre del 2013

viernes, 6 de septiembre de 2013

¿Qué celebráis?

En medio de una sonora expectación creada por el presidente del Gobierno y titulares de la cosa, el logro ha sido que en 13 años nunca nadie había conseguido dar al final del verano un flash tan glorioso: “31 parados menos”.

 Pero este fin de la cita no ha ido acompañado del dato relevante, y es que este país nunca como hoy, el hoy del mandato Báñez, había vomitado las cifras más altas de su historia contemporánea, unido a que casi cien mil personas han dejado de cotizar a la Seguridad Social el pasado mes, “gente expulsada del sistema”.

Rajoy en ese subidón al castillo de Soutomaior, parapetado por helicópteros de la Guardia Civil, coches patrulla, efectivos de la unidad de intervención rural, agentes de paisano y voluntarios de Protección Civil, ha iniciado el curso atrincherándose y mostrándose “orgulloso” de su equipo de Gobierno, el que nos ha enterrado en una crisis que deja en el camino a cinco millones de parados con daños colaterales de dimensiones incalculables.

 En su aparatosa, defensiva y paisajística puesta en escena ha aparcado su “asexuado galleguismo” y ha acuñado una inmoral forma de no mirar a los ojos. “Os anuncio que el año que viene os voy a anunciar, que al siguiente, voy a bajaros los impuestos coincidiendo con las elecciones generales…” ¡Es que no veis que no se puede esperar ni un minuto más!

Demasiada estafa, demasiada corrupción, demasiada evasión fiscal, demasiado rescate a la banca, demasiados desahucios, demasiado paro, demasiados nuevos ricos riquísimos, demasiadas desigualdades, demasiado Peñón patrio ahora, demasiada infanta, yerno y tesorero, demasiada farsa, demasiada poca vergüenza.

La insostenibilidad de la antipolítica, del personaje y de sus apóstoles, es un factor psicológicamente tan demoledor que ha configurado una maquinaria de descrédito político que convierte en víctimas agazapadas a una parte relevante de la ciudadanía, cuyo horizonte consiste inexorablemente en resolver la primera regla del cuarto mundo, “sobrevivir hoy”. Con esto tiene garantizado un pueblo anestesiado, y casi siempre en sala de espera.

Kechu Aramburu 
Publicado en el Correo de Andalucia,  el 5 de octubre del 2013