viernes, 28 de noviembre de 2014

No es tu media naranja, es tu exprimidor


La sociedad española se pasa media vida  buscando su media naranja, y la otra media intentando deshacerse de ella. La orquestada resistencia a repensar el mundo, colapsándonos con sutiles estrategias,  a base de parafernalia  futbolera, consumismo irresponsable,  sombras alargadas de las nuevas tecnologías, y ampulosas actuaciones  diseñadas por las agendas institucionales, antes era el viejo Domund, ahora los  “días de causas” cuya duración abarca  24 horas al año. 
 
 
Terrorífico como mueven los hilos, para que esta desesperada calma siempre este saciada y auto justificada, no hay tiempos ni espacios para la reflexión, solo veo correr a mi alrededor, todos tenemos prisa, por ir a ninguna parte, se trata de tenern@s entretenid@s y  estresad@s, se trata de dedicarnos a lo urgente, y eso casi nunca es lo importante.



La Violencia de Género es multifactorial, sus vértices no son solo un número de teléfono gratuito para denunciar, conmemoraciones recordatorias, o declaraciones de diestros y siniestros, que también es esto, y muchísimo más.


Las inequidades son construcciones sociales, resultado de un sistema ecuménico, basado en la dominación masculina, fruto de un reparto dual de atribuciones en el cual el varón ocupa un lugar privilegiado, y la mujer es un mero apéndice (la costilla de Adán) útil para el desarrollo biológico de la especie y para los cuidados derivados. Este fenómeno está acreditado por el patriarcado, que no podría prescindir de esas funciones cotidianas  porque son  imprescindibles para su supervivencia. Lo perverso es que está ratificado  por la micro sociedad privada y pública, conformando los ya normalizados malos tratos físicos y psíquicos.


Los maltratadores no son borrachos, ni drogadictos, ni enajenados, que puede que les acompañe algún ingrediente de estos, pero sobre todo son el producto adulterado, y engrasado, de una sociedad pergeñada para la división entre pobres y ricos, masculino y femenino, norte y sur. Pongamos el foco en el origen de las violencias, porque los datos desautorizan el trajín en el que estamos enredad@s.

Kechu Aramburu del Rio
Publicado en el Correo de Andalucia el 28 de noviembre del 2014