sábado, 26 de abril de 2014

Los contornos de la Gobernanza

La apertura de nuevas vías de democratización de la vida pública, como son las leyes de participación ciudadana, que no solo regulen sino contengan garantías para el desarrollo de mecanismos de democracia directa, que empoderen a la sociedad civil, debe ser una estrategia de actuación inminente, frente al descrédito y al cuestionamiento de la legitimidad de las instituciones.


Todas las democracias operativas del mundo, tienen instrumentos de participación política, que trascienden el escenario meramente electoral. La obligatoriedad de los poderes públicos de cubrir esta zona desértica, estableciendo nuevos estándares de acceso a la incompleta democracia, debe ser exigente y diseñado de tal manera que no discrimine a los que menos poder tienen. 

Afianzar la democracia pasa indispensablemente por dar la palabra a la sociedad civil, sobre todo por las posibilidades de volver visibles a los invisibles.




     Los problemas de la    democracia se resuelven con más democracia, ya que el derecho de participación no está protegido, hay que articular una participación ciudadana multidimensional transformando los electores en ciudadanía, e iniciado un proceso de refundación social, de modo sostenido.


Las leyes de participación ciudadana, son una de las vigas más sólidas para la ampliación social de los procesos de consolidación de las democracias, en la medida que se construye la arquitectura para el dialogo entre la sociedad y el Estado.



        Hay participación cívica o no hay democracia completa, pero el debate sería tramposo si volviéramos a reeditar la polémica de la década de los sesenta en los países escandinavos, entre una vía meramente reivindicativa, u otra legitimadora del parlamentarismo, ya que el binomio representación y participación, forman un matrimonio indisoluble en el ágora de la democracia.


Este tiempo convulso necesita inexorablemente que la sociedad civil comparta responsabilidades, en la toma de decisiones. La participación es una oportunidad para involucrar a la ciudadanía en la gestión de los asuntos públicos, acredita una Gobernanza más democrática, es una herramienta para el trabajo común entre las Instituciones y la sociedad civil, es una inversión y un reto ineludible a los desafíos locales y supra locales del siglo XXI.

Kechu Aramburu. 
Publicado en el Correo de Andalucia.
El 26 de Abril del 2014 
























viernes, 4 de abril de 2014

Los pobres sin PISA

Se ha dejado fuera del Informe PISA al alumnado perteneciente a la exclusión social. Y a los que no tienen problemas de recursos, PISA les ha dicho que saben poco, o que no se les enseña adecuadamente, y que esta generación que se está formando para hacerse cargo de este país dentro de unos años, están 23 puntos por debajo de la media de la OCDE en la resolución de los problemas cotidianos, que no están cualificados para enfrentarse a la vida, por no hablar de los ínfimos resultados en conocimiento del medio, operaciones matemáticas, o en lectura comprensiva.

La sociedad actual no considera relevante el saber a secas, sino en lo que se puede hacer con lo que se sabe. Y resulta que el 28% de los 2.709 encuestados en España, no llega al nivel mínimo para afrontar un problema cotidiano. Estamos como Serbia o Eslovenia, y 30 puntos por debajo de Italia o Francia.

En la encuesta hecha por SM, el 87% del profesorado reconoce que no se está preparando al alumnado para los desafíos de este siglo, el 86% desaprueba los sistemas de evaluaciones por no permitir valorar las capacidades de los estudiantes, y el 97% considera que una modificación de la metodología, mejoraría los resultados.


 Las Nuevas Tecnologías no cambian nada si no va acompañado de un profundo cambio del sistema de aprendizaje. El 76% piensa que hay que incentivar el pensamiento crítico, el 71% trabajar las inteligencias múltiples de manera personalizada, y el 59% fomentar el trabajo cooperativo en las aulas. 

Los datos apuntan que los repetidores lastran de manera considerable los resultados, y que los inmigrantes están casi 20 puntos por encima de los nativos en la resolución de estrategias, dado el sobre esfuerzo que han tenido que hacer para adaptarse en España.


El alumnado de intercambios muestra un grado muy superior de autonomía, lo que parece indicar que la sociedad española es altamente proteccionista con sus adolescentes, pertenecemos a la cultura del control. Pero la escuela no es la única responsable, reparte la tarea con la familia.


A nuestro alumnado no le interesa este currículo encorsetado, y lo que no motiva no conduce al éxito educativo ni laboral.



¿Qué habría pasado si se hubieran incluido los datos del alumnado que cursan sus estudios en zonas de exclusión social?

Kechu Aramburu del Rio
Publicado en el Correo de Andalucia.
El 5 de Marzo del 2014