Blog personal de Kechu Aramburu.
Investigación en Ciencias Sociales: Feminismo,Política,Sociología,Psicopedagogía,Ecología,Exclusión Social, Paz y No violencia, etc.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
El síndrome de la Gama Azul
Es muy parecido al síndrome Hubris, consiste en coronarse con los
atributos de soberbia, desmesura, secretismos y enmascaramiento de la
realidad. Son los males que invaden a algunos políticos en el ejercicio
del poder. David Owen, antiguo ministro de exteriores británico, y
neurólogo en su vida cotidiana, investigó como hay una razón para el
desvarío de determinados personajes, cuando alcanzan altas cotas de
mando o/y notoriedad, provocándose un trastorno de la personalidad, bajo
el manto de una exagerada confianza en sí mismos, dejan de escuchar a
la ciudadanía, se creen en posesión absoluta de la verdad, con capacidad
para hacer y deshacer según su voluntad, no reconociendo jamás sus
errores. El poder sin control popular es tan tóxico que incluso afecta la
mente. En otras profesiones, se suele llegar casi siempre a la cima por
méritos, aunque también tienen notables afectados, como Lady Gaga
enfundada en vestido de carne humana… En el territorio político, puesto
que algunos no se eligen internamente solamente por su valía personal o
profesional, sino por otras razones legítimas pero diferentes, ocurre
que no aseguran sean los mejores y los más honestos.
El método es clásico: salen de su espacio anónimo y de su despacho,
al principio se sienten inseguros, pero una nube de aduladores se
apresura a convencerles de sus excelencias. Algunos líderes borrachos de
poder llegan a la megalomanía, y suelen tomar decisiones faraónicas.
Construyen edificios emblemáticos, que lleven su nombre y su sello para
la posteridad. En su vida personal, se dotan también de suculentos
privilegios. Ya no son iguales, son superiores.
Entonces es cuando se desata el miedo a perder lo obtenido. Todos se
convierten en enemigos a evitar. Se rodean de mediocres en su entorno
más cercano. El rival brillante, precisa ser desactivado. Como Nerón,
Calígula, o Claudio se enrocan en su palacio, culminándose con síndromes
como el de Moncloa, Génova, o el de la última planta de cualquier
empresa o similar.
Los expertos aseguran que afecta más a los varones, y a personas de
corta capacidad intelectual. El castigo en las urnas, o la pérdida del
bastón de mando, es la pena que lleva implícito el poder arbitrario, y
el tratamiento más eficazes un baño de la cruda realidad.
Kechu Aramburudel Río Publicado en el Correo de Andalucia, el 21 de Noviembre del 2014