domingo, 9 de marzo de 2014

No es tiempo de Guerreras, pero…





En la mitología griega, las amazonas eran mujeres descendientes de Ares y la ninfa Harmonía; mandadas por una reina ya que ningún hombre podía intervenir en su gobierno, a ellos sólo se les permitía desempeñar trabajos de servidumbre; eran sus esclavos y únicamente se unían a estos con el fin de reproducirse. Cuando daban a luz a un varón, lo repudiaban. Si era una niña, les cortaban un seno para que pudieran usar el arco y la lanza sin ninguna complicación. 
 

¡Qué sobrecogedora estructura! Mucho más sutil y a la inversa es la que se plantea en las sociedades desarrolladas por parte de los poderes y de la extendida cultura masculina.




Por eso, no se trata de gestionar la feminización de la supervivencia, se trata de atravesar cada día la barrera del sórdido sonido, y adentrarte en la cotidianidad de unas cifras que son el desgarrado testimonio de una gran parte de las mujeres de este país. 


Mujeres en paro, 2.477.864, de nuevo aumenta en más de dos puntos frente al masculino. La brecha salarial alcanza el 23% .Un millón de amas de casa buscan empleo, mientras un 31% de varones más que al inicio de la crisis, declaran que no buscan empleo y se dedican a la casa. Con la reforma laboral el 67% de las mujeres ha perdido su empleo. Las pensiones son un 39% más bajas que las de los hombres. Más de 8 millones de personas viven en situación de pobreza y exclusión, de los cuales el 60% son mujeres. Y el 22% de las españolas confiesan haber sufrido alguna vez en su vida un episodio de violencia física, sexual o psicológica.


Se constata pues que la desigualdad económica y social está profundamente feminizada, ya que el reparto de la renta y la redistribución de los recursos, no sigue pautas de igualdad, sino que sus miembros acceden en un orden jerárquico, presidido por criterios de género.


Siendo la rúbrica del sagrado matrimonio de la reforma educativa de Wert, y la reforma Gallardón contra la ley del aborto, quienes están dinamitando la historia de las conquistas de igualdad.


Esta guerra integral contra la mayoría de la población, nos recuerda que el capitalismo es hijo del patriarcado y que su negocio familiar les resulta más que rentable, hay que recuperar la memoria y saber que nada se conserva sin resistencia.

Kechu Aramburu.
Publicado el 8 de Marzo de 2014 en el Correo de Andalucía