sábado, 29 de marzo de 2014

La verdad incómoda


La historia la escriben los pueblos, no la reescriben las editoriales, ni los intereses espurios de quienes truncaron parte del proyecto político de Adolfo Suárez.

Ahora toca rendirle honores, pero sobre todo toca recuperar la verdad del antes, del durante, y el después del golpe de Estado, de la Transición y de algunas zonas sepia de la historia de España. La enfermedad del olvido que aquejó al presidente, no borra casi ningún renglón de los escritos por él, y por la ciudadanía española.

No es fácil, pero sí posible seguir reconstruyendo cada palmo del trayecto, porque sabemos y porque estuvimos. Se nos ha querido hurtar la verdad incómoda, pero hemos mimado los contenidos de la memoria de esa época, para no repetir los errores y aprender de los innumerables aciertos, y hoy con la despedida de Suárez, estamos más liberados para contar la historia no narrada y vivida, amén de desclasificar los papeles del llamado «Pacto de silencio de la Transición».

El uso de la agonía del presidente ha sido una perversa utilización de la vida y de la muerte del personaje, por parte de quienes manejan sin demasiados escrúpulos los destinos de este país. Parece algo inmoral, vivir con antelación un duelo público, escenificando las pompas fúnebres venideras.

A Zarzuela se le informa de casi todo, y se presupone que los secretos de Estado convierten en tumbas al emisario y al emisor, salvo que lo que se pretenda sea utilizar una figura como recurso político y mediático para fines neutralizadores, como en este caso, la voz de dos millones de personas marchando «por la dignidad», eso que los poderes han considerado de alto riesgo para la nación, y por eso han convertido en ‘No&Do’ la antesala de la muerte del presidente.


La tapadera de los farisaicos elogios, distorsionan la foto del político que, en contra del post-franquismo, osó con la colaboración de Carrillo y de las movilizaciones ciudadanas, legalizar al PCE, además de prologar la ley del divorcio frente a las cúpulas eclesiásticas. Tampoco a nadie se le oculta que, el error de su no apoyo al referéndum andaluz terminó de dinamitar su UCD, diana de la derecha española.



Pero aquella transición se ha agotado y ahora son necesarios nuevos proyectos constitucionales, políticos y sociales.


Kechu Aramburu del Río.
Publicado en el Correo de Andalucia 28 de Marzo del 2014