sábado, 25 de enero de 2014

¿Está en minoría la sociedad civil?

Las estrategias de prevención entreveradas, tienen el riesgo de convertirse en tácticas de contención. Las evidencias de este tiempo fatídico, son “un agotamiento” de algunas fuerzas políticas en su continente y en su contenido. 

Otras minoritarias se han tornado en algunos casos en avestruces disecados, “reproducidas como hongos en su seno y hacia fuera” e instaladas en la oposición a sí mismas, y unos movimientos sociales en su mayoría “encasillados en la inmediatez” y fragmentados, sin referencias ni referentes aglutinadores de una estrategia común para provocar el cambio. 

El retrato, tiene su parangón en la derecha amamantadora de todos los poderes, que se está plasmando con no pocas grietas en la fachada de su arquitectura, en Andalucía se ha presentado la oferta preelectoral del Movimiento Ciudadano de Albert Rivera versus Cataluña, el otro jirón el reciente partido creado por Ortega Lara, amén de las embrionarias Fundaciones colaterales al PP, que materializan siglas y opciones aun más ultras, que junto con UPyD, y la aposentada formación asturiana de Álvarez Cascos, constituyen “piezas desgajadas del puzle del omnímodo”, con marca blanca o en color negro de victimas.

Si a esto se le suma el mayor fraude de la democracia en cuanto oferta electoral, con una política devastadora para España, “alguien debe responder”, a la pregunta, porque “por omisión” se está frenando la articulación de la sociedad civil, único a estas alturas con credibilidad para ser motor fiable, pero insuficiente, para la reconstrucción de este invertebrado país.

Es letal la sangría social que está provocando “el virus de desafección a la política”, su traducción es regalarle las instituciones a los de siempre, y eso desemboca en “el síndrome de la tortuga”, para atrás mejor que para adelante.

Las izquierdas, la Izquierda política y social, tienen que quitar oxido a su maquinaria, tienen que dejar de instalarse en el conformismo electoral, están obligadas por responsabilidad, a estar a la altura de lo que se necesita, que es “organizar la alternativa” al declive del gobierno y de la política con mayúscula, a sumar y a no ser excluyentes, a no activar fugas, pero tampoco ser cómplices de los retrocesos.





 Se tardan décadas en ganarse la confianza y 
minutos en perderla.





Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia el 17 de Enero del 2914