
Parece ser que el 54% de la población española
es aficionada al fútbol, cada temporada acuden a los campos españoles 14
millones de personas, esta industria aporta a la economía cerca de
9.000 millones de euros, y este negocio, mueve el 1,7% del PIB,
correspondiente a 42 empresas que configuran la Liga de Fútbol
Profesional. Considerándose “el alirón” la decimoséptima economía
mundial.
Los aficionados testigos mudos de esta industria del espectáculo, que funciona como negocio, como ideología, como instrumento de poder que amasa dinero, controla y manipula, se ha convertido en algo más que deporte.
En estos tiempos de vertiginosa crisis, se necesita creer más que nunca en algo, y el fútbol permite soñar, tener héroes como los jugadores, que convierten la realidad en gestas, se juegan con los sentimientos hasta convertir esta afición en una pasión, sana y respetable, pero usada con fines opacos e inconfesables.
El diario más leído es el Marca, y las mayores cuotas de pantalla televisiva la tienen los deportes, este consumo masivo de esta información, provoca una desinformación calculada, de otros problemas.
Ante el pinchazo de la burbuja, la condescendencia, y la impunidad del Ejecutivo junto con algún regidor capitalino y autonómico, ha hecho temblar incluso a Bruselas, que observa cómo el Gobierno está saliendo al rescate de los clubes de fútbol.
La deuda del fútbol supone, para los españoles, el 22,43% de los recortes en educación y el 9,61 en sanidad ¿les parece esto un juego deportivo?
Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia 2l 222 de Agosto del 2013