
Su estructura parece ser del siguiente tenor, sus secretarios/as generales que son el equivalente a un director de orquesta, donde no se mueve ni una sola cuerda del violín sin el beneplácito del mismo, para ellos, esta figura no es que sea irrelevante es que es, por evidente, “porcelanosa” del Supremo.
Los dueños únicos de la empresa Popular Partido, son sus presidentes, con contables siempre de confianza personal, que garantizan la solvencia de la entidad, y de sus miembros más honorables, los demás, teloneros, sabedores, receptores y cómplices por consentidores.
La característica común de estos/as capataces, nos la han mostrado con rotundidad como testigos en los juzgados, son víctimas del “síndrome benigno del olvido” unos, y del “síndrome de Epimeteo” la otra, enfermedad occidental que consiste en olvidar siempre lo importante, y que terminan como Edipo matando con el olvido a su verdadero padre.
“Datillo” al que se aferran sus cargos es la ausencia de control de sus finanzas, de sus donaciones, es decir que la mega bolsa, que parece ser los financiaba bajo el epígrafe de la opulencia, era cosa sólo de “Alí Babá y sus chanchullos” y era normalísimo que los demás fueran como las mujeres de Al Capone, que disfrutaban de sus riquezas pero, no tenían porque enterarse del origen de sus emolumentos. ¡La plagiada berlusconización en
versión apadrinada!
Excentricidad de género en dicho partido, es como siendo “ella” secretaria general y mediante acta notarial, acata que se la designe cotesorera con Bárcenas durante meses, pero graciablemente con una cláusula, liberarla de supervisar la tesorería, estos sexistas pensarían, mujer y joven, posible lenguaraz…
Clausura el vodevil, la adaptación gallega del Mago de Oz, con música de “la banda Generaciones Nuevas”, mezclando el sonido heavy y rockero con el tango y el charlestón.
Kechu Aramburu
Publicado el 17 de agosto del 2013, en el Corrreo de Andalucia.