
Nadie en su sano juicio, mínimamente cabal, que necesite abastecer a un regimiento, se le ocurriría ir a pescar a un rio seco, o con pocos y debilitados pececitos, iría al mar donde están los tiburones y los atunes. Pues exactamente igual, Rajoy y los suyos deben ir por el dinero donde está, que hay y mucho, y deben recortar a los que tienen, que no son pocos y con bastante.
Un país en quiebra, con algunas de sus autonomías en suspensión de pagos, y los especuladores como auténticos buldóceres, esperando que abra Montoro la boca, y diga una de las frases de su manual ultra-liberal como: “no hay dinero en la caja, no se van a poder pagar las nominas de los funcionarios”, para que se disparen todas las alarmas y al grito de “a por ellos”, vengan a desplumarnos, y los intereses de la deuda colocada, en plena resaca del decreto, alcance limites tan históricos como inviables, consiguiendo un doble efecto, convertir al Estado español en carne de su cañón, y arruinar más a este país. Con su fórmula el año que viene tenemos que abonar, sólo en intereses, treinta y ocho mil millones de euros.

Empezando por la Sicav, uno de los productos preferentes de la industria financiera, que ha gestionado un patrimonio de 23.304 millones, y cuyos beneficios obtenidos de la inversión, han tributado al 1% en lugar de al 30% en el impuesto de sociedades; patrimonio que corresponde a 440 mil socios y a 3.347 sociedades, parece ser como Acciona, Inditex, Ferrovial, etcétera; y para colmo, el C.G. de Colegios de Economistas nos recuerda, que la deducción de ese impuesto le cuesta al Estado 3.700 millones. Por lo que ya me dirán si es recomendable coger el bisturí, o seguimos con remedios caseros para ellos y con fármacos letales para los demás.
Y en medio del despropósito aceptado, del fraude fiscal de la economía legal, Rajoy lanza una propuesta de dudosa constitucionalidad, para los defraudadores, con categoría de privilegios fiscales, una amnistía para blanquear el dinero ilícito, que mayoritariamente parece ser, viene del narcotráfico, y por el que pagarán sólo un 10%.
Además, según Visa Europe, la economía sumergida, y consentida, en España ronda los 245.000 millones de euros, el equivalente al 23,3% del PIB, diez puntos por encima de países como Francia o Alemania y se concentra en la construcción, el comercio, las empresas inmobiliarias y el turismo.
Y para guinness de gobierno permisivo con los supuestos defraudadores, tenemos a nuestros gigantes económicos refugiados en los correspondientes paraísos fiscales, filiales de 21 empresas del IBEX (Iberdrola, Telefónica, Abengoa, Endesa, Telecinco, Gas natural, Repsol YPF…)
Y para guinness de gobierno permisivo con los supuestos defraudadores, tenemos a nuestros gigantes económicos refugiados en los correspondientes paraísos fiscales, filiales de 21 empresas del IBEX (Iberdrola, Telefónica, Abengoa, Endesa, Telecinco, Gas natural, Repsol YPF…)

“España no debería pagar su deuda porque es delictiva e ilegítima,” acaba de recomendarnos Ziegler, Vicepresidente del Consejo Consultivo de Derechos Humanos de la ONU, “ya que esta situación límite está provocando un engranaje altamente peligroso, de delincuencia financiera y corrupción política.” Pero como esto no es Islandia ni Ecuador, y hay que pagar, para poder entre otras cosas, sobrevivir. Este Gobierno tiene la obligación de recortarles a los suyos, y las tozudas cifras y datos le marcan la hoja de ruta, le da los nombres y apellidos de donde está el dinero: paraísos fiscales, Sicav, fraude fiscal, economía sumergida, etc. Si no lo hace así, está claro que sus recortes son ideológicos, rabiosamente políticos, y que se erige en Presidente de los mencionados, y entonces estamos hablando de otra cosa, y es de la necesidad imperiosa de elecciones anticipadas ya.

Porque además, tengo la leve impresión, de que están llegando a nuestra frontera, los nuevos recaderos. Y termino con las palabras del premio Nobel, P.Krugman “las políticas de austeridad en España, la están acercando a la catástrofe”.
Publicado en El Correo de Andalucía, 28 de julio de 2012.
Kechu Aramburu.