domingo, 17 de mayo de 2009

PALABRAS PARA KECHU









Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
(Palabras para Julia, de Goytisolo)



Debían ser más de las dos y, quizás por el cansancio, quizás por el hambre o tal vez por los malos augurios, avanzaba hacia la urna con desánimo.


Tú, ibas detrás, y un poco más atrás (dos o tres escalones), en la cola, estaba Felipe Alcaraz. Con sorna, o con la mala hostia que le caracteriza, comenzó a insidiarte, a preguntarte que en qué bando estabas esta vez, en qué lista, que eras una chaquetera...


Juro que estuve a punto de darme la vuelta, mandarle callar y pedir respeto hacia una compañera infatigable, para un curriculum digno de ser tenido en cuenta, para alguien que al dejar de ser cargo público supo seguir estando, sin denostar a su organización, pero sintiéndose libre. No me atreví, me superó la situación, voté con mano temblorosa, aunque aliviado al comprobar que a tí no te ofende cualquiera.


¿Por qué en nuestra organización no hemos sabido inculcar la cultura de la gratitud? ¿Por qué siempre priman las credenciales en un momento concreto sobre toda una trayectoria marcada por horas robadas a una misma, a una familia, a unos amigos, a una novela o a una película siempre pendiente de ser vista? ¿Por qué quemamos coordinadores y permitimos que se vayan sin saber decirles gracias? ¿Por qué hemos permitido que a una persona como a Llamazares se haya vilipendiado hasta la extenuación?


Esas eran las preguntas que me bombardeaban la cabeza en aquella manañana de noviembre, en la IX Asamblea Federal de IU. Acabábamos de votar (en nuestro caso, a favor de la apertura, de la soberanía, de la convivencia pacífica y libre), pero algunos ya preparaban el libro de cuentas, para ajustarnos facturas pendientes.


Kechu, no es nuevo lo que pasa en Izquierda Unida con el PCE. Algunos consiguen quedarse siempre, hacen valer las credenciales de pureza, los valores colectivos sobre los sentimientos individuales... y otros, y otras, van abandonando. Ese goteo no cesa desde hace unos años, y el problema es que no sabemos bien como pararlo. Nadie sabe a ciencia cierta si es mejor organizarnos dentro o fuera...


Reconozco que la marcha de Rosa Aguilar me generó desazón, frustración y un profundo cabreo. Ni me pareció la forma, ni el momento y me parece que a quienes más daño hizo fue a quienes estamos dispuestos a seguir...


Para tí, Kechu, no tengo reproches, sino admiración, al tiempo que siento pena. Pero ni puedo ni quiero, ni creo que deba pedirte que reconsideres tu postura, que te quedes a echarnos un cable para lograr una IU abierta.


Las personas tenemos nuestra dignidad, y no se puede exigir heroicidad de por vida. Y soy plenamente consciente de que, hoy por hoy, y en determinados espacios, militar se ha convertido en una gesta. Aguantar la sospecha, el insulto, etc no merece la pena.


Espero no obstante, que quienes aún seguimos soñando con una IU libre de prejucios, libre y soberana, te encontremos pronto el camino.


Fuertes abrazos, de admiración y gratitud.

Coordinador de IU de ... una bella ciudad del Estado español.