jueves, 14 de mayo de 2009

CARTA ABIERTA AL COORDINADOR GENERAL DE IULV-CA: DESPEDIDA.

Tomo prestadas las palabras de Virginia Wolf: “No hay barreras, cerraduras, ni cerrojos, que puedan imponerse a la libertad de mi corazón y de mi razón”.

He sido Diputada en el Parlamento Andaluz, en la Eurocámara y en el Congreso de los Diputados, me he dejado una parte importante de mi vida luchando sin descanso, como tú bien sabes, que yo lo hago. He estado en todos los órganos de dirección, he militado siempre en la base, y jamás falté a un solo conflicto social. Creo haber acuñado un patrimonio de lealtad, compromiso, y ética con la Organización y con la sociedad. Me incorporé al día siguiente a mi puesto de trabajo, como profesora de enseñanza media, tras ser cargo público, hecho que desconoce la mayoría social y de la militancia de IU.

El otro día, durante la investidura como alcalde de Córdoba de mi amigo Andrés Ocaña me mostraste la cara más dura de algunos dirigentes de la Organización que coordinas. Insinuaciones, acusaciones de deslealtad, sospechas… Me preguntaste que por qué no te había informado de algunas cuestiones políticas y personales que conocía en función de mi amistad con Rosa Aguilar, e incluso me atribuiste el haber estado presente en un supuesto pacto a las tres de la tarde del 22 de abril con el Presidente de la Junta de Andalucía para “la operación Rosa”. Con tu elucubración me hiciste llegar, una vez más, que ya no es posible la convivencia dentro de la organización.

Pero esto, y estos, no son los mimbres con los que empezamos a trabajar, cuando desarrollamos “Convocatoria por Andalucía”. Podría preguntarte que por qué no me informaste de determinados pactos, reuniones o expulsiones de personas o colectivos, por la simple razón de pensar de forma distinta a la que decidís como “la oficial”.

Llevo nueve años trabajando como docente en la sociedad civil, implicada hasta extenuarme en el corazón de la exclusión social. Y posiblemente estos años estén siendo los más intensos para el micro-universo donde puedo influir, como mujer comprometida con los más necesitados.

Confío en que los compañeros y compañeras con los que he hecho el camino, entiendan que me he visto obligada a tomar esta decisión, para coger el oxigeno que hace falta, y volcarme una vez más, en la transformación de la sociedad. Pasaré página, e iniciaré una nueva travesía para hacer realidades las utopías. El reto de contribuir a “otro mundo posible”, a “otra Andalucía posible” me apasiona y a ello me dedicaré.

Decía Caballero Bonald: “somos el tiempo que nos queda”. Tiempo que pienso vivirlo como siempre intentando ser útil a la sociedad desde la Izquierda.