domingo, 27 de abril de 2008


“Llanto por una faraona”

Kechu Aramburu


Desde las antípodas de una cultura folklórica, anoche lo presentí, y me enluté, sabía que te ibas, sabía que te perdía, sabía que tu voz ya era la de un clásico, sabía que no volverías a cantarme, sabía que a partir de ahora, cuando tu potente voz atraviese el escudo de mis sentimientos, removerá como siempre pero más mis vísceras, alterará mi corazón, y adormecerá mi razón.

No te garantizo que mis lágrimas cansadas de asomarse a mis ojos, no vuelvan a mis mejillas.

Me has hecho vibrar, me sé tus letras sin aprendérmelas, y te reconozco como “la mejor”.

Alejada yo, de las batas de cola, se las peinetas y los farales, a ti señora, te doy las gracias por haberme estremecido.

Tu exuberancia calculada, tu puesta teatral en escena, incluso tu patriotismo, amen de tu afición por el santoral, no consiguieron alejarme un ápice del tributo a la diva.

Mira Rocío, de pequeña heredé de mi padre el amor por la música clásica: Mozart, Bach, Shaikowski, lo utilizaba como bálsamo cuando se removían mis demonios interiores, y para eso hice la carrera de piano, luego empezó a correr por mis entrañas el duende del flamenco puro, y me hice profesora de baile.

Ya cerca del Mayo del 68, y cuando entré en la Universidad, venía de la resaca de querer ser misionera, pero no pudo ser, y busqué lo más parecido, y me hice comunista. Entonces empecé a acariciar otros ídolos que todavía me acompañan: Paco Ibáñez. Raimon, Luis Llach, Serrat, Ana Belén, Miguel Ríos, la Nueva Trova Cubana, y luego me incorporé a Camarón, a Morente, a Niña Pastori y a Bebo y el Cigala, pero siempre había una voz que me reconciliaba con la copla, con el arte, que bajaba mis defensas. Tus discos, tus CDs repetidos, todos rebosan en mis cuartos, en mi estudio, donde estoy, vivo y siento.

Como si fueses Lenin o Marx, tengo tus obras completas, eras la “Cervantes” de la voz, que consiguió quebrarme en la desidia y en la abulia, esa eras tú, me devolviste la vida tantas veces con tu potente voz, que te debo la inmensidad de gran parte de mi trayecto y de mis impulsos.

Soy de la generación de Los Beatles, me dedico a la cosa política y a la enseñanza, pero sobre todo a investigar en el conocimiento, y cuando me saturo y vuelvo a la vida civil te busco y me embriago, por eso Rocío, para mi “la divina”, por eso y mucho más el llanto de una comunista, cierra un capitulo, de quien se fue pero no se va.

Con las lágrimas contenidas para que no se me note la debilidad, hoy he vuelto a dar clases, pero no como siempre sobre filología inglesa, sino sobre la copla y su maestra.

Sin despedirme, y hasta siempre Rocío.


Kechu Aramburu.
Feminista.




IN MEMORIAM, EN EL PRIMER ANIVERSARIO DE SU MUERTE.
Sevilla, 1 de junio de 2006.