Blog personal de Kechu Aramburu.
Investigación en Ciencias Sociales: Feminismo,Política,Sociología,Psicopedagogía,Ecología,Exclusión Social, Paz y No violencia, etc.
domingo, 26 de octubre de 2014
Y no estamos locos…
Insólito pero verídico, la leyenda sobre el trastorno mental es
una metáfora médica, para describir una conducta perturbadora. Según
Szasz, una enfermedad debe cumplir con las definiciones de patología, en
lugar de ser decretada por los votos de los miembros de la A.P.
Americana, organismo que viene actuando como un sistema de control
planetario.
Menudo entramado… menuda red de intereses económicos la que se mueve
desde algunas conmemoraciones que van, en este caso, desde manuales de
psicología, ONGs, hasta las industrias farmacéuticas, para intervenir en
el llamado “problema de los locos”.
La llamada enfermedad mental, es la segunda causa de dependencia en
España. Casi medio millón de personas están diagnosticadas con carácter
severo, según afirmó el Ministerio de Sanidad, a pesar de que las
estadísticas ocultan esta aparente realidad, por la estigmatización de
estas alteraciones mayoritariamente sociales, y en demasiadas ocasiones,
asociadas a las crisis económicas o similares.
Más de la mitad de los
españoles sufrirá en algún momento de su vida neurosis, esquizofrenia,
ansiedad, depresión, angustia, o miedo entre otras muchas dolencias
paralizantes, que solo disminuirán a pesar de la medicalización un 1% en
la próxima década.
En la Edad Media al trastorno mental se le relacionaba con el
demonio, pues pensaban que la persona estaba poseída por espíritus
malvados y que tenía alguna relación con la brujería, así que el
tratamiento era la hoguera para liberar el alma. En el siglo XIX, los
manicomios eran como cárceles, donde se disfrazaba la tortura como una
curación, para apartar las ideas de los “no cuerdos”. En 1949 se
practicaba la lobotomía, que consistía en retirar un trozo del cerebro
en la parte frontal. En 1964 se trabajaba con el proyecto MK-ULTRA, que
buscaba controlar la mente y reconstruir el pensamiento, el único
resultado de este experimento fue provocar a las personas involucradas
un daño cerebral irreparable. Hoy el negocio de “los empastillados” es
multimillonario, más del 15% de la población española consume algo:
Tranquimazin, Orfidal, Valium o Prozaac, como tapadera de esta
mega-estafa.
Canta “la Mala Rodríguez”: Mira, sin sociedad, no hay
enfermedad/Además a los demás les dio por señalar/ Que es lo que estaba
bien… la, la, la.
Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia, el 10 de octubre del 2014