Blog personal de Kechu Aramburu.
Investigación en Ciencias Sociales: Feminismo,Política,Sociología,Psicopedagogía,Ecología,Exclusión Social, Paz y No violencia, etc.
Prostitución proviene del término latino, prostituere, que
significa literalmente “exhibir para la venta”. Lo inmoral no es quien
la ejerce, sino quien la demanda y consume, escandaloso es quien tiene
un discurso de día y otro de noche, que justificarán por los casi 20.000
millones de euros que mueve su negocio al año, y que ahora junto con
otras actividades dudosas, aflorarán cuantificándose en el 1% del PIB.
No quería hablar del segundo oficio más antiguo del mundo después de
la esclavitud, se trata del paralelismo en muchas de sus aristas con el
caso Bankia, en el sentido de identificar el comportamiento humano,
cuando la hipocresía y los intereses particulares o de grupos se
superponen al interés social.
El affaire de las tarjetas opacas tiene infinitas interpretaciones,
primero que los ha pillado la sociedad con las manos en la masa, segundo
que era sabido, conocido y consentido por allegados, cercanos y algo
más lejanos, tercero que su ostentación era pública y admitida por el
circuito de quienes tienen altas responsabilidades de país y oposición.
Cuarto que su depravación, y la de quienes los observaban o se
beneficiaban directa o indirectamente, era tan miserable como las de los
utilizadores del cofre ajeno. Quinto que no es un caso aislado sino que
atraviesa a la mayoría de quienes en un momento de sus vidas han sido
sometidos a la prueba del algodón y no solo no la han pasado, sino que
han ganado a pulso cada uno de los calificativos que la sociedad les
adjudica, tanto por el acaudalado montante que han dilapidado, como por
el uso inmoral que han hecho del mismo, a ninguno se les ha ocurrido
donar a Médicos sin fronteras o Amnistía Internacional.
¿Y ahora, qué? Pues que además de devolver integro el dinero, tienen
que someterse a la justicia, y políticamente las correspondientes
fuerzas si quieren no ser salpicadas por uno de los casos de corrupción
más execrables de este país, están obligadas, sin que les tiemble el
pulso por equilibrios internos, a ponerlos de patitas en la calle, amén
de sus mentores. Los expedientes, y otras maniobras dilatorias, pueden
tener un efecto boomerang demoledor, en unos más que en otros.
Decía
Voltaire “Cuándo los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”.
Kechu Aramburu. Publicado el 17 de Octubre del 2014, en el Correo de Andalucia.
Insólito pero verídico, la leyenda sobre el trastorno mental es
una metáfora médica, para describir una conducta perturbadora. Según
Szasz, una enfermedad debe cumplir con las definiciones de patología, en
lugar de ser decretada por los votos de los miembros de la A.P.
Americana, organismo que viene actuando como un sistema de control
planetario.
Menudo entramado… menuda red de intereses económicos la que se mueve
desde algunas conmemoraciones que van, en este caso, desde manuales de
psicología, ONGs, hasta las industrias farmacéuticas, para intervenir en
el llamado “problema de los locos”.
La llamada enfermedad mental, es la segunda causa de dependencia en
España. Casi medio millón de personas están diagnosticadas con carácter
severo, según afirmó el Ministerio de Sanidad, a pesar de que las
estadísticas ocultan esta aparente realidad, por la estigmatización de
estas alteraciones mayoritariamente sociales, y en demasiadas ocasiones,
asociadas a las crisis económicas o similares.
Más de la mitad de los
españoles sufrirá en algún momento de su vida neurosis, esquizofrenia,
ansiedad, depresión, angustia, o miedo entre otras muchas dolencias
paralizantes, que solo disminuirán a pesar de la medicalización un 1% en
la próxima década.
En la Edad Media al trastorno mental se le relacionaba con el
demonio, pues pensaban que la persona estaba poseída por espíritus
malvados y que tenía alguna relación con la brujería, así que el
tratamiento era la hoguera para liberar el alma. En el siglo XIX, los
manicomios eran como cárceles, donde se disfrazaba la tortura como una
curación, para apartar las ideas de los “no cuerdos”. En 1949 se
practicaba la lobotomía, que consistía en retirar un trozo del cerebro
en la parte frontal. En 1964 se trabajaba con el proyecto MK-ULTRA, que
buscaba controlar la mente y reconstruir el pensamiento, el único
resultado de este experimento fue provocar a las personas involucradas
un daño cerebral irreparable. Hoy el negocio de “los empastillados” es
multimillonario, más del 15% de la población española consume algo:
Tranquimazin, Orfidal, Valium o Prozaac, como tapadera de esta
mega-estafa.
Canta “la Mala Rodríguez”: Mira, sin sociedad, no hay
enfermedad/Además a los demás les dio por señalar/ Que es lo que estaba
bien… la, la, la.
Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia, el 10 de octubre del 2014
Mayor, se aplica al que tiene más edad en comparación con otro, al
más grande, más superior, más veterano, más longevo, más importante,
más decano, más jefe, más de cabecera, más sumo, más considerable, y su
antónimo es siempre “inferior”.
La tremenda dificultad es, ejercer y actuar como un sénior,
cuando esta sociedad te reubica permanentemente en la categoría de su
antónimo, pasándote a la reserva, porque los mayores no están en
activo, dicen que no producen, no levantan la voz, gastan demasiado en
brasero, en asistencia sanitaria, medicamentos, gafas, dentaduras, en
barreras arquitectónicas, en viudedad, en medias pensiones…
Las personas mayores contribuyen con carácter “de excelencia” al
desarrollo socioeconómico, sin embargo, siguen discriminadas y excluidas
de la sociedad. La obligatoriedad es superar los mitos de la
incapacidad a partir de la jubilación para conseguir que esta
población sea activa social y económicamente, no dejando atrás a nadie,
comprometiéndonos con una sociedad completamente inclusiva, que ya hoy
en España funciona interesadamente en el marco familiar y, en la propia
estructura de los pueblos, como uno de las vértebras sustentadoras y
correctoras de la crisis.
En la actualidad, casi 700 millones de personas son mayores de 60
años. En 2050, estas personas serán casi 2.000 millones, más del 20%
de la población mundial. Por lo que es inevitable prestar toda la
atención a las necesidades particulares y sociales de las mismas. Es
igualmente relevante la contribución esencial que la mayoría de estos
hombres y mujeres continúan haciendo al funcionamiento de la
sociedad, si se cuenta con las garantías adecuadas. Los derechos humanos
se hallan en la base de todos los esfuerzos del Estado y del conjunto
de la ciudadanía en este esqueleto insustituible del entramado social.
Esto requiere que las cuestiones demográficas para el desarrollo
sean parte de la agenda de nuestros gobiernos. Cuanto antes actuemos,
más posibilidades tenemos de asegurar esta transformación global que nos
beneficia a todos. Los países que invierten en este segmento de la
población, lo garantizan con mayores niveles de calidad para toda la
comunidad.
Me despido parafraseando a André Gide: “Cuando deje de indignarme habrá empezado mi vejez”.
Kechu Aramburu. Publicado en el Correo de Andalucia el 2 de Octubre de 2014
La interpretación oficial, y las versiones interesadas con la
autoría de quien las emite, tienen el valor justificativo de quienes no
reconocen los fracasos, o quienes no asumen que hay más sujetos en la
sociedad. Pero en este momento histórico, las mujeres y aliados ganan
batallas doblegando a un Gobierno, derrotando una política, creando una
crisis ideológica en las filas del poder.
La contienda sobre la retirada de la reforma de la Ley del Aborto
tiene en la diana a un presidente con medio Gobierno en contra, medio
partido soliviantado, sectores eclesiales indignados, y gran parte de
sus votantes rebelados.
Esta batalla la han librado las mujeres a pulso,
indiscutiblemente con muchas compañías, velando por la libertad del
derecho a decidir sobre su maternidad, no resignándose a dilapidar
conquistas de más de un cuarto de siglo de vigencia. Rectificar significa: arrepentirse, borrar. Y su antónimo es:
insistir, ratificar. Según la Real Academia de la Lengua, el presidente
del Gobierno, en la medida que no retira el recurso de
inconstitucionalidad de dicha ley, no solo no rectifica, sino que
insiste por otra vía menos costosa, ya que la factura partidaria se
aminora, provoca la salida de Gallardón, asignatura pendiente, no por su
beligerancia, o posicionamientos ultras, sino por el pacto inconfesable
con los temas que consideran de mayor calado, y que ponen en riesgo la
honorabilidad de cercanos y propios.
Hay que administrar con rigor tanto la hipocresía del ajeno, como la
ingenuidad propia, si la ley Wert desata parecido disenso en la
sociedad, ¿por qué no la retira? Por dos razones, porque con este
desatinado ministro no mediaba el entresijo sobre el sello de silencio y
amnistía que mediaba con el exflamante, y porque una vez más ha
pretendido usar a las mujeres como moneda de cambio, para los temas
considerados de Estado, como son los derivados de la corrupción, amén
del dato tras la europeas, sobre la bajada del PP a un inédito 26% en
toda España.
Ahora toca hacer vigilia activa, para exigir la retirada inmediata
del recurso, ya que la sentencia más que probable de este TC acabaría
con la posibilidad de recuperar lo robado a la ley vigente, además de
evitar que modifique lo que él llama flequillos de su consenso. Kechu Aramburu Publicado en el Correo de Andalucia el 27 de Septiembre del 2014