Blog personal de Kechu Aramburu.
Investigación en Ciencias Sociales: Feminismo,Política,Sociología,Psicopedagogía,Ecología,Exclusión Social, Paz y No violencia, etc.
Él lo hace, con el pudor de la auroritas que te da el
abuso del poder, ha dicho el Barrabás del reino de España: “que la
maternidad nos hace más mujeres” o el equivalente a que las mujeres que
no puedan biológicamente tener descendencia, o les sea imposible por
cuestiones tan básicas como no disponer de recursos, o aquellas que por
libre opción como las monjitas u otras muchas, tampoco, ellas son menos
hembras. ¡Menudo drama!, tener socialmente la consideración de híbridas,
en su fuero interno, que es menos políticamente engomado, pensará que
son unas marimachos (en ese lenguaje soez de quien no se cree nada). Por eso utilizar a Cataluña, bajo la prioridad del que llaman proceso
secesionista de ese territorio, para justificar la opacidad de la
retirada del Proyecto de Reforma del Aborto, es tan indecoroso, como
rotundamente falso, y su sonoridad es tosca, mercantilista y electoral.
Esa es la inmoral consideración que tienen de las mujeres, que los temas
del cuerpo de las damas dan y quitan votos, por eso, su inquisitorial
vuelta de tuerca a la libertad de decidir nosotras, ahora se le ha dicho
que no toca, que no están para perder más papeletas en las urnas.
La aplicación de la actual ley es constitucional, tiene un solvente
amparo jurídico, ha permitido disminuir la tasa de abortos en nuestro
país, es un instrumento semejante al utilizado en el resto de los países
europeos, no distingue entre pobres y ricas, el 53% de la población la
apoya, es preventiva y disminuye los riesgos sanitarios, es informativa,
formativa, conciliadora de derechos, y residencia en las mujeres la
responsabilidad de gestionar sus vidas. Lo contrario, los efectos de sus
contra-reformas, tienen tres consecuencias : obligar por ley a las
mujeres a ser madres, castigarlas por las vías contempladas si desafían
su articulado al decidir interrumpir su embarazo, y por último iniciar
la senda del retroceso, categorizando exclusivamente a la mujer como madre y esposa.
La derrota sostenida e infligida a la política Gallardón, genuino
representante de la caverna española, no tiene siglas detrás, tiene
sociedad, las que paren y las que no, las madres y las hijas, las
mujeres y mucha diversidad, que no están mirando la indicación del dedo,
sino directamente la luna. Kechu Aramburu. Publicado enel Correo de Andalucia el 19 de Septiembre 2014
La antropología filosófica, basada en la perspectiva del ser
humano como deficitario y expuesto a una serie de absolutismos, mantiene
que ante la amenaza de una realidad, que continuamente frustra las
demandas del deseo, el ser humano se ve obligado a autoafirmarse,
empleando los recursos sin principios, donde el fuego puede convertirse
en fuente de luz pero también de incendios.
Señala Pico della Mirandola en su Discurso sobre la Dignidad del
Hombre, cimentado en el derecho inalienable a la discrepancia, el
respeto por las diversidades y el derecho al crecimiento y bienestar del
pueblo, que atentos porque las personas pueden hacer de sí mismas un
dios o una bestia.
La política se puede convertir en un catalizador ambivalente,
potenciando tanto la capacidad para el desastre, como el potencial
emancipador del ser humano. Y puesto que el adversario está fuera, hay
que abrir un diálogo acerca de la tránsito del paradigma de un pasado
glorioso, con sus luces y sus sombras, a un paradigma de reinventarnos
diariamente, sin estereotipos, aprendiendo a desaprender para cambiar
juntos ¿En qué medida somos capaces de situarnos en el kilometro cero?
Lo demás es retórica, mala literatura, juego de tronos, ganarle tiempo
al tiempo, y mientras francotiradores navegando, overbooking de hackers
y troles (amigos arpíos) lanzando códigos maliciosos, actuando como
cables tendidos, tambaleando el andamiaje de la débil arquitectura de
este nuevo puzle de piezas artesanales, donde es la gente quien
construye, si es que los dejan, y participan sin más ADN que recuperar
el pan, el trabajo y la libertad.
Paroleaba Georges Brassens en La mala reputación: “Que a la gente no
gusta que, uno tenga su propia fe, tras de mí todos a ladrar, salvo los
mudos, es de pensar”.
Y concluía Mario Benedetti “Me gusta la gente
capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin herirme. La
gente que no juzga ni deja que otros juzguen. Imposible ganar sin saber
perder. Imposible acertar sin saber errar. La gloria no consiste en no
caer nunca, sino en levantarse todas las veces que sea necesario. Y eso
es algo que muy poca gente tiene el privilegio de poder experimentar.
Con gente como esa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi
vida”.
Kechu Aramburu Publicado en el Correo de Andalucia, el 12 de Septiembre del 2014.
Cuenta Plutarco, en “Vidas paralelas”, que un patricio romano
llamado Publio Pulcro, dueño de una gran fortuna y dotado con el don de
la elocuencia, estaba enamorado de Pompeya, la mujer de Julio César. Tal
era su enamoramiento que durante la fiesta de la Buena Diosa,
celebración a la que sólo podían asistir las mujeres, el patricio entró
en la casa de César disfrazado de ejecutante de lira, pero fue
descubierto, apresado, y condenado por la doble acusación de engaño y
sacrilegio.
César reprobó a Pompeya, a pesar de estar seguro de que ella
no había cometido ningún hecho indecoroso, pero afirmando que no le
agradaba el hecho de que su mujer fuera sospechosa de infidelidad;
porque no basta que la mujer del César sea honesta, también tiene que
parecerlo. Con el tiempo, comenzó a aplicarse a quienes no se les
considera “genuinos”, aún cuando no hubiera ningún tipo de dudas.Sevilla una de las ciudades más intensas de Europa, donde el tórrido
sol unas veces amarillenta la ropa y, al día siguiente si fuera
menester, saca toda la blancura que el tejido y el uso permite. Es tan
contradictoria que, para no vivir siempre arrodillada, se reinventa en
cada estación ramilletes de eventos para sentir que recupera la afición,
la devoción, el ocio, y el tiempo.
Sevilla está bajo sospecha, de ser
profundamente hermética y desconfiada. Se le acusa de abrir solo las
puertas de la Maestranza, la portada de la Feria, y la Madrugá, lo demás
se lo trabaja la vecindad, y el resto lo pagamos, y lo visita el
turista. Y así hasta la sustancia blanca de nuestros propios huesos.
Se ha necesitado novelar la leyenda de la Sevilla abierta para
encubrir, no la magia consustancial a una poderosa historia sino, la
miseria de quienes nos han condenado a contemplar cómo sólo con cruzar
tres calles, pasas de la miseria de la Tres Mil, a la abundancia de esa
Avenida sobre dotada de palmeras, por donde se entra a la ciudad. Esa
es la foto de la Sevilla que duele y que hay que cambiar.
No basta el
discurso, ni las promesas, ni siquiera un programa, y tampoco cambiar
exclusivamente rostros, ni subir o bajar a secas la edad de los
gobernantes. Después de tanto engaño, Sevilla necesita ser gobernada por
la ciudanía, por quienes son y además lo parecen.
Kechu Aramburu Publicado en el Correo de Andalucía el 5 de Septiembre 2014