viernes, 7 de febrero de 2014

Aislados desde la cuna

Antes, los bebes nacían rodeados de efusivas muestras de afecto, sonajeros, ositos… hoy desde el minuto cero lo hacen rodeados de tecnología. El cliqueo del siglo XXI es prodigiosamente excluyente, no necesitan jugar, ni ver la tele, ni oír música, no necesitan a sus madres, ni a sus maestras, solo necesitan un pulgar y un aparato digital.


No consumen papillas, consumen tecnología, el mega objeto es el nuevo nicho de la industria adaptada a las habilidades de cada infante, por lo que es un mercado no solo no tocado por la crisis, sino que aporta suculentos dividendos, que incorporan hasta aplicaciones para garantizar la patología de la adicción.


Un tercio de los menores de 4 años en España son usuarios de estos artefactos que vienen con 100.000 juegos dirigidos a este público. El uso casi exclusivamente lúdico del chupete 2.0, acompañado de los grandes intereses comerciales que se mueven en la Red, hacen del incontrolado producto un arma algo más que peligrosa.

La debilidad del adecuado uso de las nuevas tecnologías, el disruptivo síndrome de abstinencia que provoca su regulación familiar o escolar, la brecha con las generaciones no nativas en la digitalización llamada “analfabetas táctiles”, hacen que debamos incorporar al menos, el triangulo de la precaución.


La sofisticación tecnológica se ha traducido para algunas familias y docentes en comodidad y tranquilidad, y el resultado es que desactiva la posibilidad de trabajar las competencias básicas de la información y la formación socialmente relevante.



El desafío para las instituciones públicas, y las educativas, es como sustanciar el nuevo paradigma de enseñar a pensar, a partir de imágenes y no a partir de ideas, por supuesto incorporándolo sin confrontarse, ya que la batalla estaría perdida antes de darla, porque la colonización de las pantallas no tiene nada que envidiarle a la de América.



La frustración que esta crisis de valores está provocando en la sociedad, hace que las personas prefieran recurrir a un objeto antes que a una persona.






El apabullante mensaje que hay detrás de este nuevo filón, de quien maneja este yacimiento táctil, es la piedra angular de la nueva filosofía, “desconectarte de la realidad”, porque el aislamiento es la garantía de la dominación. 

Kechu Aramburu.
Publicado en el Correo de Andalucia el 9 de Febrero del 2014