Blog personal de Kechu Aramburu.
Investigación en Ciencias Sociales: Feminismo,Política,Sociología,Psicopedagogía,Ecología,Exclusión Social, Paz y No violencia, etc.
A finales del siglo XX, el ex-presidente Aznar dijo: “El cambio
climático no es un fenómeno real, sino una teoría científicamente
cuestionable que se ha transformado en una nueva religión cuyos
abanderados son unos enemigos de la libertad”. Por tesis como éstas, así
como el agradecimiento por haber privatizado “la empresa” con la venta
del 25% de la compañía, en 2010 el presidente de Endesa, Borja Prado,
fichó a Aznar para facilitar el acercamiento al PP, en un momento, en el
que se daba por hecho la caída de Zapatero; además la incorporación del
contratado sólo le costaría 400.000 euros anuales entre fijos y
variables. La justificación era que el expresidente iba a asesorar a la
multinacional en asuntos relacionados con Latinoamérica. Pero es
evidente que el trasfondo era que Aznar hiciese de puente con Rajoy,
para trasmitirle el apoyo a su candidatura y derivados. El déficit
tarifario en el sector eléctrico viene acumulándose desde que Rato era
vicepresidente económico, con competencias en energía en el primer
Gobierno de Aznar, y ha generado una deuda reconocida de más de 26.000
millones. No es de extrañar que las tarifas domésticas en nuestro país
sean de las más altas de Europa, mientras que el sector industrial se
sitúa en valores medios bajos. Los españoles somos los terceros de
Europa que pagamos más por la luz, según Eurostat, y desde 2007 según un
estudio de la (OCU) la luz ha subido un 60% de media, pudiéndose
producir un aumento del 50% más, tras la reforma del 2013. El sistema español, según el economista Fabra, es una torre de Babel
en el que hay demasiados intereses empresariales y, hay alguien que se
lleva más dinero del que debía. A finales de junio, el Congreso rechazó
la propuesta de auditar el déficit de tarifa en España, agujero que se
produce por opacas y conocidas razones.
Este hachazo a familias y
pequeños consumidores, en beneficio de las empresas, es una muestra más
de la voluntad inquebrantable de este gobierno, de desmantelar a
cualquier precio, los exiguos restos del estado del bienestar.
El
mensaje es nítido “la vuelta al brasero para quien no tiene dinero”.
Kechu Aramburu Publicado por el Correo de Andalucia el 26 de septiembre
Hace pocos días, en un curso de formación del profesorado,
realizábamos una dinámica para preparar la acogida del alumnado, y se
formulaban cinco preguntas, una de ellas consistía en preguntar a tu
compañera ¿qué quería ser de mayor? La docente que me tocó, respondió
sin dudarlo, “yo quiero ser una pensionista feliz”, el resto de la sala
cambió su respuesta, había prendido la llama, y tan concienzudo deseo
fue plagiado sin rubor. Reconozco que me impactó que no dijera que
quería ser escritora afamada u otra profesión idílica, ya en privado
hurgué y los motivos fueron tan contundentes, que la situé para el
tiempo venidero como portavoz de los súbditos de la ministra choquera
Fátima Báñez. Esta reforma de las pensiones dice, descaradamente, que
nos van a expropiar entre treinta y tres y ciento diez mil millones,
llegando a 175 euros menos mensualmente, bajando un 28% nuestro poder
adquisitivo. Nos serán robados del montante que hemos ido produciendo y
ahorrando durante toda nuestra vida para cuando seamos más mayores. Paga
que aparte de garantizarnos una vejez medio digna, hoy ya tiene un
segundo e insustituible uso, poder mantener a hijos y nietos que están
en paro o riesgo de estarlo. Actualmente los pensionistas son el
sustento principal del 26,8% de los hogares españoles, 4 de cada 10
sobreviven gracias a estas prestaciones, y el gasto de los mayores de 65
años aumentó un 32,9%, lo que indica que el actual sistema de pensiones
es un instrumento —ahora más que nunca— de carácter no sólo asegurador,
sino sobre todo redistributivo, que en manos de las familias duplica
sus efectos. El sendero de esta derecha neofranquista, según formato de
la amenaza, significa condenar despiadadamente al jubilado a reducir
drásticamente su consumo, cuando se supone que durante el envejecimiento
además empeora severamente la salud, y requiere infinitamente más
cuidados, que tendría que pagar del expoliado bolsillo.La sostenibilidad de nuestro modelo, no es un conflicto económico, es
una decisión rabiosamente ideológica, que adereza el miedo que nos
inyectan para justificar la España desigual que están amasando, y que se
está desangrando.
Por eso cuidemosnos, porque hay algo más canalla que
envejecer, y es envejecer culpabilizados por haber vivido demasiado.
Kechu Aramburu Publicado en el Correo de Andalucia,
No ha sido la retirada desordenada de un ejército vencido, aunque
nebulosamente nos recuerde el verano de 1588, cuando el rey Felipe II de
España envió la famosa Armada Invencible, la flota más grande jamás
construida, para invadir la Inglaterra de Elizabeth I. Contra esta
poderosa armada se alineaban los expertos marineros ingleses, al mando
de Drake, con sus rápidos navíos de guerra y sus superiores técnicas de
navegación. Problemas de toda índole, de organización, militares,
navales y, sobre todo, las terribles tempestades habidas en ese verano
desbarataron los planes de Felipe II, convirtiendo la expedición
española en un auténtico desastre. Parecido este macro suceso, “un
descalabro” ha impedido que los planes de unos pocos salgan adelante. Es
la foto impecable de la España 2020, como si el flash de Richard Avedon
hubiera inmortalizado, a modo de prólogo, la narración de la historia
contemporánea del Madrid de los Rajoy, Botella, y cía.En medio de la crisis más elitista de Europa, que ha convertido en
vulnerable a casi el 40% de la población española, el presidente del
Gobierno de España, el presidente de la Comunidad de Madrid, la
alcaldesa de la capital del reino, y los grandes de este país, más
amigos, de viaje, BBVA, El Cortes Ingles, Iberdrola, Renault, despacho
Garrigues,y la Consultora Bovis, entre otros… junto con la comparsa de
nuestros grandísimos deportistas seducidos vilmente con un arsenal de
voluntarios medievalistas, y una inmensa mayoría de medios de
comunicación errando el tiro, deciden sacar el conejo de la chistera,
embarcar a los huérfanos de ilusión de este machacado país en una
aventura obamista haciéndoles creer que es posible jugar a los Juegos,
un territorio casi embargado, sin crédito económico ni político, de
smoking e intentando hacer caja con la ruleta, poniendo como colofón a
esta tragicomedia, unos ilustres analfabetos en la primera lengua de
comunicación internacional. Si no hay dinero para pagar la luz y el agua, y comer frío o caliente
todos los habitantes de la España del siglo XXI, en términos
democráticos, el amago de este evento tiene el color del delito, el
sabor de la inmoralidad y el olor de la estafa. Hay probados indicios,
actúese. Por pasiva, pero especialmente por activa.
Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia, el 13 de Sepptiembre del 2013
En medio de una sonora expectación creada por el presidente del
Gobierno y titulares de la cosa, el logro ha sido que en 13 años nunca
nadie había conseguido dar al final del verano un flash tan glorioso:
“31 parados menos”.
Pero este fin de la cita no ha ido acompañado del
dato relevante, y es que este país nunca como hoy, el hoy del mandato
Báñez, había vomitado las cifras más altas de su historia contemporánea,
unido a que casi cien mil personas han dejado de cotizar a la Seguridad
Social el pasado mes, “gente expulsada del sistema”.
Rajoy en ese subidón al castillo de Soutomaior, parapetado por
helicópteros de la Guardia Civil, coches patrulla, efectivos de la
unidad de intervención rural, agentes de paisano y voluntarios de
Protección Civil, ha iniciado el curso atrincherándose y mostrándose
“orgulloso” de su equipo de Gobierno, el que nos ha enterrado en una
crisis que deja en el camino a cinco millones de parados con daños
colaterales de dimensiones incalculables.
En su aparatosa, defensiva y
paisajística puesta en escena ha aparcado su “asexuado galleguismo” y ha
acuñado una inmoral forma de no mirar a los ojos. “Os anuncio que el
año que viene os voy a anunciar, que al siguiente, voy a bajaros los
impuestos coincidiendo con las elecciones generales…” ¡Es que no veis
que no se puede esperar ni un minuto más!
La insostenibilidad de la antipolítica, del personaje y de sus
apóstoles, es un factor psicológicamente tan demoledor que ha
configurado una maquinaria de descrédito político que convierte en
víctimas agazapadas a una parte relevante de la ciudadanía, cuyo
horizonte consiste inexorablemente en resolver la primera regla del
cuarto mundo, “sobrevivir hoy”. Con esto tiene garantizado un pueblo
anestesiado, y casi siempre en sala de espera.
Kechu Aramburu Publicado en el Correo de Andalucia, el 5 de octubre del 2013