lunes, 22 de julio de 2013

¿El pueblo no se equivoca nunca?


El próximo mes de los difuntos será el segundo aniversario del triunfo, del mejor resultado de la historia del PP en esta España, sin duda aceptado por ser la expresión de las urnas. 

Decía Rousseau, en su capítulo III del Contrato Social, “que para que el pueblo no se equivoque nunca, es necesario que la información sea veraz siempre”; pero en este caso podría pasar como en la afirmación “todos los gatos son pardos”, que basta con que uno no lo sea para que deje de ser verdadera.
 
En la tradición judeocristiana, el pueblo prefirió a Barrabás antes que a Cristo, y el pueblo judío durante el Éxodo, tras Moisés, sustituyó a Dios por el becerro de oro.

Los pueblos históricamente, de forma soberana, han acertado y se han equivocado. Pero lo importante no es que el pueblo nunca se equivoca, sino que es el único con capacidad de rectificar su error. Esa es la grandeza de su sabiduría, y no el mito de su infalibilidad.

El Gobierno de Rajoy ha arruinado el país, económica, política, ética e institucionalmente. Y ahora la geometría política solo puede corregir algunos desperfectos del jarrón español, por supuesto con la imprescindible dimisión del presidente, el dudoso recurso de desbloqueo de la moción de censura, y qué menos que elecciones anticipadas ya.

Pero ¿se imaginan toda la artillería para ayudar a un diario de tirada nacional, a cambiar a Mariano por Alberto? ¿Todo nuestro arsenal para que las explicaciones del presidente sean una colección de excusas “salva patria”? ¿Se sentirán derrotados y más desapegados los ciudadanos al ver que el peso del rodillo en la Cámara es imbatible? ¿Elecciones anticipadas y repetición de la jugada, más por menos, dándole algún partido muleta, la mayoría de nuevo al PP y consolidarlo?

Este maquillaje efectista de obligado cumplimiento tiene que acometerse, pero es efímero y aunque engrandece, limpia, calma, y desahoga, solo cambia el collar de los perros. Es inviable erradicar la degeneración de una estructura si no se acometen los mínimos, cambio de la Ley de Partidos políticos, reforma de la Ley Electoral y otros puntales agrietados.

 No se sobrevivirá al naufragio desde la acomodada resistencia, debería la gente de bien resetear este sistema adulterado, que atrapa a las moscas y deja escapar a los pájaros.

Kechu Aramburu.
Publicado en el Correo de Andalucia,
el 19 de julio del 2013