lunes, 8 de julio de 2013

Cristal de Bohemia

La hegemonía europea de esta industria, y su prestigio internacional, radica en la suma transparencia del vidrio imitando el cristal de roca, y sus más notables producciones consisten en no incorporar las ligerezas venecianas. 

Regenerarnos de arriba abajo y de abajo arriba es la cuestión. Educados en la pillería, en el estraperlo, en el cambalache, en el “para que otros se lo lleven…”, en el “para que coloquen al hijo de…”, “si los de arriba roban pues…”, en la cultura del Lazarillo de Tormes para la calderilla. Lo más grave es que estas conductas se han fomentado desde el Poder, a sabiendas que ese “laisser faire” sobre el comportamiento de la gente de a pie es una salvaguarda del saqueo, no novedoso, pero sí ya terrorífico del que más tiene, más roba, más extorsiona, y más amedrentado tiene a los salpicados y agraciados.

 El silencio de los cómplices por omisión es un delito político tipificado como gravísimo, en el código ético del que nos hemos dotado quienes pagamos religiosamente nuestros impuestos. Y ser servidor público es como el cristal de Bohemia, requiere como característica la transparencia sin ligerezas, si no es de duralex, irrompible pero malo.
 
No estoy hablando de la naturaleza delictiva del sin fin de actuaciones que constituyen “el modus operandi” de algunos, no estoy hablando de procedimientos judiciales, estoy diciendo que es terrorismo ético mentir , callar, decir verdades a medias, o concluir el presidente del gobierno su visita a Berlín (donde ha ido entre otras cosas para hacerle la campaña a Angela Merkel), contestando en la rueda de prensa a preguntas sobre Bárcenas con la siguiente alocución “no es bueno que comentemos estos temas”, después de dar una bofetada a los españoles hace unos días, que preguntado sobre el encarcelamiento de su extesorero contestó: “ y tal”.

 ¿Pero qué piensa este napoleónico presidente de los súbditos de su país, que con la resignación hoy llamada aceptación de la realidad, el espectáculo del futbol y variables, los entretenimientos mediáticos del juicio de Bretón, el hambre, los desahucios y sinónimos del calvario, podría doblegarnos?

Se le olvidó repasar la historia contemporánea de España, Latinoamérica o África, para ver que lo único innegociable para un pueblo, es su dignidad.

Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia,
el 4 dejulio del 2013