jueves, 11 de julio de 2013

El disparate, y otros señuelos

Hierba roja, verdes amapolas, / flores de alambre flotando en el estanque, / hay un pez persiguiendo a un pescador, / hay un gato huyendo de un ratón, / hoy la cola mordió a la pescadilla, / la cara A, la cara B, es la misma cantinela, / ésta es la historia del mundo al revés.


Ocho Oficiales de la Guardia Civil de paisano detuvieron a Diego Cañamero, en virtud de la orden dictada por el TSJA con motivo de la ocupación de la finca militar de Las Turquillas de 1.200 hectáreas, que no genera ni un puesto de trabajo, y que está enclavada en la Comarca de Écija, una zona con más de un 40% de paro. Los supuestos delitos que se le atribuye son: usurpación, desobediencia y hurto, por algo menos de mil euros ¡Qué barbaridad! ¡Al ladrón, al ladrón!

En su expediente figuran 50 detenciones, 60 juicios y 5 veces encarcelado, sus afectados siempre tienen apellidos o dimensiones, la duquesa de Alba, Mario Conde, el conde de Salvatierra, Ministerio de Defensa, Carrefour, Mercadona, etc.…

Diego permaneció mudo ante el juez, porque sabe que las balas de la criminalización contra quienes defienden la tierra para comer, desconocen el valor de la palabra: “La palabra pregunta y se contesta, tiene alas o se mete en los túneles, se desprende de la boca que habla, y se desliza en la oreja hasta el tímpano, la palabra es tan libre que da pánico, divulga los secretos sin aviso, e inventa la oración de los ateos, es el poder y no es el poder del alma, y el hueso de los himnos que hacen patria” decía el maestro Benedetti.

Sobredosis de demostración de fuerza, aviso de navegantes, coqueteos impúdicos con la represión, escrache a los luchadores, bulos, mentiras, machaque en los medios, acoso y derribo en alguna cadena de medianoche.

El ruido de sus sables es implacable con la tierra y con la vivienda, con la propiedad privada, con su propiedad privada, con su capitalismo salvaje, verdades como puños que nos anticiparon los filósofos Federico Engels y Carlos Marx, hace 130 años.

Estos jornaleros, estos ciudadanos son indiscutiblemente peligrosos, porque no dejan de tararear con su pueblo, el estribillo de los Chikos del Maíz.”El miedo va a cambiar de bando. No desesperes, sigue protestando”.
Kechu Aramburu.
Publicado en el Correo de Andalucia, el 11 de julio del 2013