Sobre la Biblia, el libro más leído en el mundo,
se nos ha dicho, que en ella está cimentada la parte espiritual más importante
de nuestra cultura y nuestra civilización. Confieso que con la vista cansada de
tanto releer la letra pequeña, no he encontrado, ni un solo versículo, o salmo,
donde se pueda reconocer que se estén inspirando personajes como el Obispo de
Córdoba, que acaba de comparar el crimen de José Bretón con el aborto, en su homilía”
Misa Angelis”; o el mismísimo Arzobispo de Madrid, Rouco
Varela, expresando la "inquietud" de la iglesia por la
"desintegración unilateral" de la unidad de España”, a la vez que
señala que "sin la familia, sin la protección del matrimonio y de la
natalidad, no habrá salida duradera de la crisis”; o el dimisionario,
Presidente del Consejo General de la C.E.E, Castelao Bragaña, persona de confianza
de presidente gallego, que ha graznado “Las leyes, como las mujeres, están para
violarlas”; o la joya de la corona, Mayor Oreja, que acaba de lanzarle un órdago a su jefe de
filas, del siguiente tenor ”no me resigno a que al aborto sea un derecho”.
Estas son algunas de las perlas,
de los doctores de la Iglesia, que según los evangelios, deberían estar ocupados sobre todo con los pobres, que
son ya demasiados. Y los otros, algunas de las eminencias, a quien el gobierno
les tiene encargado administrar flecos de Estado, así como ser creadores de
opinión para conseguir que, se sientan
suficientemente representados en la mayoría parlamentaria, en su avance hacia
la hegemonía del “Tea Party español”.
¿Y sabiendo, que un niño que muere de hambre es un niño
asesinado, por la codicia ilimitada de
las oligarquías del capital globalizado, tenéis la osadía de hacer apología de
la violación, de vincular la salida de la crisis a los partos masivos, de rezar por el no nacido, de compararnos a
las mujeres en situaciones limite, con el presunto asesino de los niños Ruth y
José?

Lo más leve que se me ocurre es
remitirme, al título de la película de Urbizu “No habrá paz para los malvados.” Por todo ello confirmar, que es
extraordinariamente indecente que se dediquen a jalear a sus puños ciudadanos
de “Aborto cero”.
En
estos casos me consuela recordar a Giovanni Papini,
en su obra dedicada precisamente a Benito Mussolini donde decía, que toda
persona paga su grandeza con muchas pequeñeces, su victoria con muchas
derrotas, y su riqueza con múltiples quiebras.
A la
gente de bien, el pasado no nos tortura,
y el futuro no nos puede encadenar, por
eso, y porque vamos ligeros de equipaje no cometeremos en el presente “el
delito del silencio”.
Kechu Aramburu.
Publicado el 11 de octubre en el "Correo de Andalucia"