jueves, 7 de junio de 2012

Así están las cosas.


Me habían dicho mis mayores, a la sazón mis maestros (ya que maestras en este tiempo sólo he reconocido a tres),
que en la medida que vas cumpliendo años, sí te has currado la vida te conviertes en un clásico, te haces más sabia, incluso  pones el foco en los conflictos atemperando, relativizando, y que la serenidad suele ser tu mejor aliada.
Casi todos ellos han vivido la guerra, han conocido el dolor, el odio y la venganza, y han luchado contra la dictadura, contra la miseria, contra los enemigos, contra el adversario.
Pero, ¿y ahora? como le explico a mi hijo, y a mis alumnos y alumnas de que va la historia hoy, y quienes son los nuestros.
Te reconozco que,  el paraíso que me habían prometido mis referentes, de sosiego y tranquilidad ante las adversidades, no se cumple.
Y a mi literalmente "me llevan los demonios", que casualidad tampoco tienen rostro (sólo recuerdo el del catecismo), como los mercados y los especuladores.
¿Es posible que el mundo se desmorone y sigamos como si no pasara nada?
Yo también digo como Raimon, "es la rabia, pero no sólo la rabia".
Maldita sea esta sociedad contaminada, donde el que la hace no sólo no la paga, sino que existe una absoluta impunidad, financiera, eclesial, militar, política, económica y social.
He dedicado, y dedico, gran parte de mi vida a luchar por otro mundo mejor, pero ¿y los aliados, las luces, las municiones gandhianas, nuestros docentes donde están?
Mañana volveré a disfrazarme de Kechu, e intentaré seguir tirando del carro.
Siempre compartiendo contigo, sobre todo la desesperanza. Sabes que soy  tremendamente fuerte, pero reivindico el derecho a la tristeza (que no a la debilidad, ni a la sensación de derrota) pero sí a todo aquello, que pertenece a la soledad de los y las corredoras de fondo.
Casi siempre hay un día siguiente, y mañana yo estaré allí, apasionada con la docencia directa,  haciendo más formación, más atención a la diversidad, más competencias básicas, más ATP, más escuela de madres, más coeducación, más Polígono Sur.
En este momento decido no seguir escribiendo, no debo.

Kechu Aramburu.