domingo, 14 de diciembre de 2014

La crueldad del brillo

¿Cuales serian los grupos de riesgo en la Navidad? Los pobres,  los que perdieron seres queridos,  recientemente o hace tiempo, los jóvenes y menos jóvenes que han tenido que emigrar a la nueva y a la vieja usanza, y económicamente no pueden reunirse con los suyos, los que en la familia tienen desavenencias insalvables y no hay fórmula de reconciliación, los mayores  que se quedaron  sin parientes cercanos, los separados traumáticamente, los enfermos hospitalizados, los presos, los sin techo, y los cinco millones de parados. 

La otra cara de la Navidad en España está dibujada por los rostros, que padecen  el estrés y la ansiedad para cuadrar agendas de innumerables cenas o comidas  familiares  y de empresas, por abastecer de regalos a  propios e impropios, por rebosar neveras de exquisiteces de marca, por ser los mejores anfitriones, por recopilar décimos de loterías, por llevar  los niños a las colas de todos los belenes, por el vía crucis de las distintas grandes superficies, por ver las costosísimas iluminaciones de los cascos urbanos, por felicitar con whatsapps  a todos los que nos lo envíen previamente, por comprar los últimos detalles para tunearse en las fiestas, o desear paz  a quienes el día antes y después les pones las cosas difíciles para convivir  positivamente, o simplemente los ignoras.

En ambos grupos de población en estas fechas aumentan los índices de desordenes psicológicos, unos por no tener y otros por sobrarles. Todos son víctimas de una achampanada publicidad, que moviliza obscenamente el más despilfarrador de los consumismos, arreglándoles las cuentas de déficits a los peces grandes, a las súper estrellas y otros astros del planeta. Informan los profesionales de la sanidad que las admisiones en los hospitales por problemas psiquiátricos aumentan considerablemente en las semanas que siguen a estas ancestrales  fiestas ¿Por qué?

No parece que en el ADN de la Navidad, estuviera adulterar este evento con motivos tan descaradamente comerciales,  endulzados con el chabacano toque de las armonías cosidas para los ricos, y zurcidas para los demás.

Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia el 12 de diciembre del 2014