viernes, 26 de diciembre de 2014

Detractores educativos del Gatopardo

En el convulso siglo XXI, nuestros niños y niñas están aprendiendo minuto a minuto, rincón a rincón. Según los expertos, en los próximos diez años veremos cómo las fronteras que separan la escuela y el hogar desaparecen. 

Por eso, el debate de los podencos sobre los galgos es inmoral, si lo que venimos haciendo en la gran España, y en los minúsculos barrios, no está dando resultados de éxito, ya que se necesitan academias privadas, aulas de estudios , madres con la tarea añadida de ser profesora particular de sus hijos, simulacros de recuperación de lo no aprendido en meses, engullirlo en vacaciones, y así hasta montar el negocio de la cultura de lo privado, lo particular, lo punitivo, lo complementario, lo extra, vaciando la escuela de valores, dedicando a enseñar las mismas tablas, los mismos teoremas y peores catones que nuestros antepasados, para concluir aparcando el oficio de educar.

Freire dijo: «Quien se atreve a enseñar nunca debe dejar de aprender».
Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia el 19 de diciembre del 2014