domingo, 20 de octubre de 2013

Chocolate, safaris, y Potter

Con la solemnidad de los días anteriores al sábado acusó públicamente la vicepresidenta del Gobierno español a más de medio millón de parados de estar defraudando a este país.
 
Radicalmente falso, mentira despiadada y diseñada para nutrir la rumorología sobre los parásitos y subsidiados que, dicen, comen de la sopa boba de los contribuyentes, cuando según cifras oficiales apenas 5.833 personas cometieron un fraude que ella atribuye al 20% de los parados con prestaciones.
 
 Puede que sea hasta venial que los pobres de solemnidad quieran, además de comer, pagar la luz y el agua, y si no les llega buscarse la vida. Pero es gravísima la mala fe que deforma la realidad a sabiendas, para caldo de cultivo de una opción partidaria, ensayada por los mismos hace tiempo y estrepitosamente fracasada hoy
 
En estos momentos, lo que hay en la foto es una España en estado de emergencia social para algunos y, aunque no se pretende, ningún tipo de insinuación sobre la apología de Robin Hood o Curro Jiménez, de aminorar los excesos de los ricos para dárselo a los pobres. Se está clamando con sonoro silencio, en voz baja y alta, menos cinismo y más diligencia al Gobierno para denunciar y actuar contra los que estafan al Estado y no están en paro, y además les hacen leyes de amnistía fiscal a medida, o forman parte de la letra pequeña de la gorgorita ley de transparencia. 

Me refiero al último fascículo del matrimonio Undargarin Borbón, que es tan obsceno como parece ser delictivo y no está incluido en la agenda de los escraches de la portavoz viernesina del Gobierno Rajoy.

 Es un informe de Hacienda, que no han podido ocultar, con facturas personales de los gastos de los duques de Palma, sufragados por la sociedad Aizoon, que se sospecha fue usada para defraudar y blanquear “dinero sucio”, según terminología de la Audiencia de Mallorca, para reformillas en el palacete de Pedralbes, fines de semanas en Roma, Mozambique, gastronomía gourmet, entradas para la final de la Champions, participación en safaris en Sudáfrica, chocolate y algún tomo de Harry Potter ¡chuminás! algo más sofisticadas y algo más costosas que el pan y la sal de los malvados parados defraudadores.

Kechu Aramburu del Río.
Publicado en el Correo de Andalucia el 18 de octubre del 2013