Me refiero al último fascículo del matrimonio Undargarin Borbón, que es tan obsceno como parece ser delictivo y no está incluido en la agenda de los escraches de la portavoz viernesina del Gobierno Rajoy.
Es un informe de Hacienda, que no han podido ocultar, con facturas personales de los gastos de los duques de Palma, sufragados por la sociedad Aizoon, que se sospecha fue usada para defraudar y blanquear “dinero sucio”, según terminología de la Audiencia de Mallorca, para reformillas en el palacete de Pedralbes, fines de semanas en Roma, Mozambique, gastronomía gourmet, entradas para la final de la Champions, participación en safaris en Sudáfrica, chocolate y algún tomo de Harry Potter ¡chuminás! algo más sofisticadas y algo más costosas que el pan y la sal de los malvados parados defraudadores.
Kechu Aramburu del Río.
Publicado en el Correo de Andalucia el 18 de octubre del 2013