sábado, 23 de marzo de 2013

Corina y las tapaderas.


Barberá, Mato, Rudi, Botella, Camacho, Santamaría, Bañez, Aguirre y Cospedal entre otras, ejemplifican la vieja teoría del uso de la geometría femenina, para maquillar políticas, operaciones, misiones y otros malabares. Funcionan como delegadas del poder, administran los entresijos de la tramoya, y ponen el rostro cosmetizado, para amabilizar mediáticamente a la sociedad. Presidentas de comunidad, alcaldesas, secretarias generales, ministras, vicepresidentas, todas ocupan la cara externa del engranaje. No han necesitado cuotas para arañar la paridad, ellas tienen los cargos por decreto de su jefe.
A ellas se les encomienda informar los viernes de la liquidación por fascículos de este país, el mega-casino de Alcorcón, el desmantelamiento de la ley de dependencia, el pelotazo de los juegos olímpicos de la capital el reino, desacreditar a los mossos de escuadra, y explicar como se gestiona el finiquito de Barcenas en diferido, si aciertan el merito es del Presidente, si se equivocan en los deberes ¡mujeres!

Las cosas de hombre, como el Ministerio de Defensa y sus bombas de racimo; el Ministerio de Hacienda y los paraísos fiscales, el Ministerio de allende los mares y los emiratos árabes, el Ministerio del recate a la banca y otras calderillas, esos sí que no admiten concesiones ni ilusiones, ni por supuesto ir “con faldas y a lo loco”.

Y puesto que no hay diseño autorizado de esta España sin la Iglesia y la Casa Real, ambos empeñados en salvarse a base de “tapaderas del género femenino”, nos suministran unos, la joya de la corona alias “Corina” para los servicios de inteligencia como el CNI, e intermediaria comercial entre los intereses privados, nacionales y extranjeros, incluyendo la Zarzuela y familiares, amén de los negocios del marfil de Botswana. Y otros, finiquitan el vodevil de esta madre tierra, con las interferencias vaticanas poniendo el acento en la lapidaria frase de Bergoglio: “las mujeres no son aptas para el poder”. Por eso y para eso utilizan algunos, a las mujeres. Así son las evidencias de las masculinidades de los poderes españoles, que tienen un hijo no deseado, al que están enfermando por inanición, llamado “igualdad”.

Kechu Aramburu
Publicado el viernes 22 de marzo del 2013 en 
El Correo de Andalucia.