domingo, 1 de febrero de 2009

La marca Obama, el nuevo escudo del Imperio Americano.















Escribió Beltrand Russell, que el afán de poder es la más violenta pasión humana. Según J. A. Marinas, el poder es un fenómeno omnipresente y sutil. Hay poder en el sexo, en la familia, en la religión, en la empresa, en la política…

El poder se camufla en el secreto, por eso es difícil conocer su alcance y sus estrategias. Lo importante, decían los clásicos, no es tu poder real, sino el que tus enemigos creen que tienes. El poder culmina su trayectoria cuando se convierte en garantía de seguridad, o bienestar.

Permitidme, que una vez instalada en la razón, no contribuir a este nuevo mito del siglo XXI, la “Obamanía”, que es un eslabón perverso y retardatario del poder, para dar respuesta al maquiavélico modelo del neo-capitalismo basado en el ilusionismo, en la promesa por cumplir, y en el yes we can.

Me pregunté: ¿Porqué seremos tan ingenuos pensando que los lobbys judíos, las multinacionales armamentistas, alimentarías, farmacéuticas, petrolíferas, automovilísticas, etc. , todas las que poseen el poder político y económico de los Estados Unidos de América, van a permitir que un afro-americano populista, poco belicista, poco anti-demócrata, poco racista, sea el Presidente del Imperio?.

¿ Quizás hemos pensado que el poder es un entramado al que se la cuelan?. Seamos rigurosos, es tan evidente que ante el crack mundial y muy especialmente el de USA; y ante el movimiento desorganizado, pero amplio y subversivo contra Bush y sus guerras, contra las hipotecas basura, y ante la calderilla billonaria de eurodólares que empiezan a perder los magnates; el pérfido poder ha pensado, no vaya a ser que se extienda el movimiento, se agudice y se ponga en peligro “la refundación del capitalismo”.

Y los líderes de las grandes potencias, han entendido perfectamente el mensaje, han comprendido que hacía falta poner un Obama de parapeto, que parara las posibles revueltas en Estados Unidos y en el resto del mundo, un Obama que hablara de mestizaje, de patriotismo, de la codicia de algunos, de sus orígenes pobres, de la esperanza, de la promesa divina de que todos son iguales, de la prosperidad, de los que soportaron el látigo y araron la tierra, y además dijo textualmente: “recordemos las generaciones anteriores que se enfrentaron al fascismo y al comunismo”. “Somos los guardianes de este patrimonio”, y volvió al discurso peronista de que “florezcan las granjas para dar de comer a los cuerpos desnutridos y alimentar las mentes hambrientas”, y terminó su flamante discurso de toma de posesión con las palabras bíblicas siguientes: “la fuente de nuestra confianza es saber que Dios nos llama a dar forma a un destino incierto”.

Una vez visto y oído a Barack H. Obama entendí que había que buscar detrás del telón y exploré en su equipo, y paso a mostrarles el rey desnudo, que es la parte de su staff:
1.- La jefatura de sus Asesores: Lawrence Summers, ex-Secretario del Tesoro de Clinton, autor de la mayor desregulación bancaria.
2.- El miembro del grupo de asesores para América Latina Greg Craig, abogado del presunto asesino Gonzalo Sánchez de Losada, ex-Presidente de Bolivia.
3.- El clan Clinton, que controla la política exterior, siendo Bill un declarado proisraelí.
4.- Al General Petraeus, dictador en Irak del equipo Bush, lo nomina como enviado a Afganistán.
5.- Mantiene de Ministro de Defensa a Robert Gates, designado por Bush.
6.- El jefe del gabinete es el israelí Rahm Emmanuel, que fue soldado en el ejército judío.
7.- El control de la política en Oriente Medio es asumido por Dennis Ross, un virulento sionista, partidario de las políticas ultra militares de Israel.

Se entiende ¿verdad?, el imperio prefiere antes que a un amortizado Bush a un Obama para blindarse de rojos, blancos, y verdes.

Obviamente este afro-americano, no tiene color con respecto a Bush y ha generado una ola de esperanza que le exigirá medidas sociales para apoyarlo, tendremos mucho maquillaje político, porque esto no es un tema racial, porque como dicen los haitianos “un mulato pobre es negro y un negro rico es mulato”.

Y sin que sirva de precedente cuando decía el clásico ¿Qué hacer?, en este marco de dos crisis, la española propia de la burbuja inmobiliaria, y la otra, la crisis internacional del capitalismo financiero, amén de la civilizatoria.

Podríamos empezar, la ciudadanía por el principio, identificar las causas, trabajar las alternativas, tejer las redes, reequilibrar la balanza entre poderosos y débiles, pobres y ricos, hacernos notar. Pero ¡alerta!, amigos y amigas, NO ES TIEMPO DE OCURRENCIAS, SINO DE CONCURRENCIAS.

Kechu Aramburu.
Profesora de Filología Moderna.