Blog personal de Kechu Aramburu. Investigación en Ciencias Sociales: Feminismo,Política,Sociología,Psicopedagogía,Ecología,Exclusión Social, Paz y No violencia, etc.
viernes, 18 de julio de 2008
LIMPIEZA ÉTNICA SELECTIVA.
Por KECHU ARAMBURU.
Era el año 75 cuando entré en el Partido Comunista de España, eran los tiempos de la lucha anti-franquista, contra la dictadura, y aunque me de cierto pudor recordarlo, decían que era una líder de masas. Entré en la política demasiado joven, de la mano del ex-presidente Felipe González Márquez, sin ninguna afiliación partidaria, era muy de izquierdas, muy autónoma y profundamente mitinera. En las asambleas de Universidad subida en las mesas del Aula Magna, pasado el Mayo del 68, en compañía de Pina López Gay, de T. Hermosin, de C. Romero, de J. Rubiales, y cientos y cientos de compañeros, convencía a los estudiantes para converger los ilustrados, llamados por entonces pequeño-burgueses, con el movimiento obrero, en defensa de la libertad. Cada día librábamos una peligrosa batalla campal con los grises, en otras ocasiones hacíamos encierros en la Facultad o en alguna Iglesia; pasé varias noches en los calabozos, por luchar por la democracia y contra la represión. Conocí la cárcel por no callar, jamás delaté a nadie, y conocí la tortura.
Mi casa, como no era sospechosa, albergaba la vietnamita para hacer los panfletos, y además yo tenía un Seat 600, (por aprobar COU a la primera), y era el modo de locomoción de la organización que arriesgaba cada día.
Después de leer a Marta Harnecker, a Marx, a Lenin, a Engels, a Trotsky, y también de leer a Stalin, para saber como pensaba el adversario, me afilié al Partido Comunista de España, creyendo que me incorporaba para volar como las gaviotas, con otras gaviotas.
Yo era un activo político del movimiento estudiantil, dispuesta a hacer todas las revoluciones pendientes, entré directamente en el Comité Provincial, luego en el Comité Central del PCA y luego en el Comité Central del PCE y su Ejecutiva. Luego llegó el tiempo de la generosidad, del consenso y de la convergencia, y se diseñó Izquierda Unida, y el partido decidió que sus mejores hombres y mujeres fueran para IU, y allí me mandaron, y volvía a estar donde decidieron: Consejo provincial, andaluz y federal; pero yo no dejaba de ser una disidente del orden establecido, de los decretos, era una librepensadora pero profundamente comunista, con criterio propio inquebrantable, y por eso pensaron que era mejor tenerme como cargo público y me mandaron al Parlamento Andaluz, al Parlamento europeo y al Congreso de los Diputados en Madrid.
Cuando terminé la legislatura me ofrecieron ser Consejera en Radio Televisión Andaluza, eso conllevaba no dar el salto mortal a los críticos, no ir en lista alternativa, pero yo opté por la estética del perdedor y de la coherencia. Entonces empezó el principio de un largo calvario: estar bajo sospecha de no ser “pata negra”, cuestionar la ortodoxia, cuando yo siempre he sido una heterodoxa. Sólo había un gran problema para el poder interno, y es que la gente de la base nos quiere a los que luchamos a cambio de nada, y sabe que yo y muchos otros siempre hemos luchado por la organización y por la sociedad, que personalmente no me he enriquecido con la política, ni de la política, que he estado en las duras y en las maduras, que no he sido un brazo de madera, que he sido leal y transparente.
Mi baluarte han sido la ética y la honestidad, nunca he negociado con los principios, y siempre he intentado ser un factor de equilibrio y el poder no ha conseguido corromperme, por lo tanto tengo la autoridad de las manos limpias.
Me he dejado la vida pegando carteles, llevando la caseta de Feria, pagando las cuotas, en este caso, hasta diciembre de 2008, dando en las elecciones hasta cuatro mítines al día, elaborando todos los programas, y aportando al patrimonio y a las siglas todo lo que tenía, mi tiempo de juventud, de familia y de ocio, el trabajo, hasta la salud...
Hoy martes 2 de julio de 2008, fecha preferida por el Antiguo Régimen para los ceses, recibo junto a otros compañeros y compañeras del partido una carta certificada, donde se nos dice que en el plazo de 48 horas seremos expulsados del Partido Comunista de Andalucía, si seguimos volando como nos enseñaron, bueno, ellos no, sino los maestros del PCE, que ya han muerto o ya no están. Donde me dicen que elija entre la libertad de expresión, los ideales, las utopías, la democracia, donde se me ordena que me ponga firme y acate sus ordenes en 48 horas, junto a los pocos históricos comunistas que quedamos, o seremos expulsados.
Me conocéis, soy rebelde contra los sistemas autoritarios, y voy a seguir luchando por no dejar ni las siglas, ni el patrimonio cultural e ideológico, ni tampoco la historia y mi biografía, y menos a mis compañeros de viaje. Porque el PCE lo hemos construido colectivamente y no vamos a dejar que lo patrimonialicen quienes con esta carta, o su silencio cómplice, se definen solos.
Voy a continuar luchando por un comunismo democrático y plural.
Sé que para ser comunista no es necesario tener carné, igual que para ser bético o de la Macarena.
Pero lo que tanto sudor, sangre y lágrimas nos ha costado construir, el PCE e Izquierda Unida no vamos a permitir que lo dilapiden unos pocos. Yo seré comunista con o sin carné, porque creo firmemente en un mundo sin opresiones por razones de clase, género o zonas geográficas, porque creo que otro mundo es posible, seguiré luchando hasta el final de mis días.
Termino diciendo que el personaje histórico de Jesucristo dicen que lo crucificaron con 33 años, los mismos que llevo militando en el PCE, y no quiero ser un plagio, por eso no voy a consentir que la tiranía de unos pocos acabe con la libertad de todos nosotros, que somos la mayoría.
Kechu Aramburu.
Militante comunista.
Sevilla, 2 de julio de 2008.