viernes, 16 de mayo de 2014

Yo denuncio

Yo denuncio desde Merkel hasta la última Administración, que obliguen a pagar la deuda ilegitima de este país, o que desvíen el dinero público hacia la banca privada, antes que invertir en prevenir, en curar, en salvar vidas humanas, en evitar la muerte física, sicológica o laboral.
 

Yo denuncio a los que priorizan en los Presupuestos de cualquiera de las Instituciones partidas destinadas a gastos superfluos, antes que invertir en I+D+I de ciencias de la salud.



Yo denuncio que el mayor recorte ministerial en los PGE de 2014, es el de Sanidad con un 35,6% menos que el año anterior. Yo denuncio que no se invierte en dotar de personal suficiente los Hospitales de Técnicos de la salud altamente especializados, entre otras cosas en “arteriografía cerebral intervencionista” gestores de máquinas súper precisas, que no solo diagnostican sino que también tienen efectos terapéuticos en caso de derrame cerebral. 

Porque sucede que dicho dispositivo y su correspondiente sabedor, solo funciona de lunes a viernes y de ocho a tres, con el horario de las ventanillas del “Vuelva usted mañana” de Mariano José de Larra, en términos de burocracia es inadmisible, y en términos de vidas humanas, bordeando las líneas rojas.


Mientras, Marilo, el viernes tarde previo a la Feria, fue víctima directa de la arbitraria austeridad impuesta por la Troika Europea y de su inmoral aplicación en todos los rincones de este país, desde entonces en coma y en la UCI, debatiéndose entre lo malo y lo peor.


La calidad de la prevención y de la asistencia sanitaria, no solo se mide por “estándares internacionales”, hay un protocolo deontológico superior, que consiste en el deber y la obligación de dotar de todos los mecanismos necesarios tecnológicos existentes y sus correspondientes recursos humanos, para salvar vidas.


Andalucía tiene uno de los mejores sistemas de salud públicos mundiales, así como profesionales, pero a algunos les falta formación en habilidades sociales, para informar humanamente sin renunciar a la transparencia, ya que su mensaje lleno de aristas se traslada así: “es posible que no se despierte y si lo hace no coordinara”, moviéndose solo en el terreno de las hipótesis más letales. En lugar de considerar la capacidad de la ciencia y del ser humano para derribar barreras y despertar.

kechu Aramburu del Rio
Publicado en el Correo de Andalucia, el 16 de mayo del 2014