La Ley de Murphy se basa en el adagio: Si algo puede salir mal,
saldrá mal. Su espíritu conlleva el principio del diseño defensivo, con
mutaciones adicionales, como la analogía que nos ocurre a casi todos
cuando vamos a un súper, estamos en una larga fila para pagar, tu fila
no avanza, ves de repente que la otra fila está más corta y avanza más
rápido, decides pasarte a esta, la fila inicial comienza a avanzar y a
la que decidiste pasar comienza a tener demora para pagar.
Pues algo muy parecido le acaba de pasar al pariente Rajoy, cuando
todos creíamos que con la titularidad de Mato había tocado fondo, el
dedazo de una jugada de enroque de un presidente de Gobierno que por no
fiarse, tiene dudas sobre él y, ha hecho el ejercicio titánico de
compartir con la vicepresidenta, el nombramiento del comodín y
funcionario del partido Alfonso Alonso, donde lo de menos ha sido su
conocimiento sobre sanidad, servicios sociales, por no decir igualdad.
Evidenciando la manifiesta prioridad de atrincherarse electoralmente,
dilapidando este cartucho, uno de los pocos que le va quedando,
volviéndonos a demostrar cuan insignificante es su interés por resolver
la situación límite que viven expresamente los afectados por este
vilipendiado ministerio.
Cuentan que el ínclito es un político bipolar, ni muy ultra ni poco, ni de pelo engomado ni revuelto, un relativista que no se suele despeinar, ni por felicitar pública e impúdicamente a Mato en su despedida, por su alta responsabilidad al aceptar el cese del jefe sin rechistar, ni por deletrear que lo que no puede ser España es un coladero sanitario, o perlas como: hay cosas que no se pueden pagar íntegramente desde la sanidad pública… Lo siento por los enfermos, por los discapacitados, por la maltrecha ley del aborto que va a retomar por la parte más vulnerable que son las adolescentes, lo siento por las mujeres, y por los excluidos.
Recupero la memoria histórica del ministro Alonso, cuando era alcalde de Vitoria, y solo pienso que lo que no es útil a la colmena tampoco lo es a la abeja y al panal.
Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia el 5 de diciembre del 2014
Cuentan que el ínclito es un político bipolar, ni muy ultra ni poco, ni de pelo engomado ni revuelto, un relativista que no se suele despeinar, ni por felicitar pública e impúdicamente a Mato en su despedida, por su alta responsabilidad al aceptar el cese del jefe sin rechistar, ni por deletrear que lo que no puede ser España es un coladero sanitario, o perlas como: hay cosas que no se pueden pagar íntegramente desde la sanidad pública… Lo siento por los enfermos, por los discapacitados, por la maltrecha ley del aborto que va a retomar por la parte más vulnerable que son las adolescentes, lo siento por las mujeres, y por los excluidos.
Recupero la memoria histórica del ministro Alonso, cuando era alcalde de Vitoria, y solo pienso que lo que no es útil a la colmena tampoco lo es a la abeja y al panal.
Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia el 5 de diciembre del 2014