Recordado segundo a segundo por todos los confines de la tierra,
sin excepción alguna las condenables, sin paliativos, irregularidades
del sindicato de UGT. Y por ende de la puesta en cuestión del
sindicalismo en general, concretado en una voladura perfectamente
orquestada, para de paso debilitar uno de los más valiosos instrumentos
que tiene la ciudadanía para defenderse de las agresiones, de quienes
para vivir mucho mejor, no les duele en prenda que otros vivan mucho
peor.
Nos despertamos con un Herrero, presidente de la CEA que se va, lo cesan, huye. No da igual, pero es irrelevante, el caso es que cuando el barco se hunde por la proa de la concertación social, como capitán chusquero, que huye de la nave, bajo la socorrida excusa del relevo generacional, deja tras sí una herencia del siguiente calibre, un déficit de casi doce millones y medio de euros, el despido de casi la mitad de la plantilla, con dos ERE, obligatoriedad de devolver más de un millón de euros de programas de cooperación no llevados a cabo, amén de un asunto del color de lo turbio, turbio y fanganoso del "caso Promoción VPO" que no ha entregado, y que esta ya denunciado a la fiscalía y, catalogado como estafa, además del llamado descuadre de cerca de 14 millones de Sareb.
Es decir que la parte de las subvenciones que la Administración andaluza, dinero público que se les había concedido con fines de interés social, y hoy el paradero debe estar en los agujeros particulares, porque no se encuentra, cosa que la justicia deberá resolver, pero dejemos claro que, todos moros o todos cristianos, por lo que, unos no son unos rateros y otros sólo han metido la pata…
Aquí nadie, que no esté en condiciones de ser auditado permanentemente, está exento de que se le atribuya el pecado de la indecencia, por volatizar los recursos, de esta tierra andaluza, saqueada por quienes disponen de más, para invertir en los que tienen de menos.
Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia,