Sí lo que se está pidiendo al pueblo, es resignación y aguantar hasta la extenuación, la respuesta es rotundamente no, y no porque no se quiera, sino porque es físicamente imposible, materialmente inasumible resistir más, la gente supura miseria y malvive en la más profunda de las desolaciones, y todo envuelto de mucha rabia por no entender, como es “tan barato” robar en España a lo grande, defraudar a lo grande, mentir a lo grande, ganar a lo grande, recortar a lo grande, tener sobresueldos a lo grande, cobrar dietas a lo grande, sufragar gastos suntuarios a lo grande, evadir a lo grande, despedir a lo grande, tener jubilaciones y rescate a lo grande y siempre para los banqueros y demás aves de rapiña, y en cambio es “tan caro ser pobre”. Solo hay dos tipos de locales siempre abarrotados, los comedores sociales y los restaurantes de unos cuantos tenedores, versus estrellas.
El fundador de los jesuitas, Ignacio de Loyola, aconsejaba no hacer mudanzas en tiempos de tribulación, se trataba de resistir los embates de los poderes terrenales, pero qué más quisiéramos que tener las cantimploras llenas y aguantar, pero a la mayoría silenciosa de “si boana”, se le ha agotado la paciencia del santo Job, y como no solo de pan vive el hombre, este azotado pueblo piensa y empieza a exigir, emprender una nueva transición, esta vez sin dejar atado el viejo y fracasado régimen.
Kechu Aramburu.
Publicado, 2 de mayo 2013
Correo de Andalucia.