La alerta crece, cuando reconocemos que la violencia en la juventud es un grave problema de salud pública, con fuertes raíces socioculturales aprendidas, ya que el número de adolescentes maltratadas se ha multiplicado por tres en los dos últimos años. Por ello, los casos de acoso en la escuela o en Internet, contemplados con cierta pasividad, son casi tan graves como el propio acoso. Reconocer que existe esa agresión, y acabar con la excusa de que «son cosas de niños», es inaplazable.
Empieza por la alerta roja que significa que en España hay diez millones de usuarios de Whatsapps, cuyo porcentaje muy mayoritario corresponde a nuestros hijos y alumnos, aplicación que mal usada está generando una dependencia emocional y social imparable, fomentando la frustración cuando no se recibe una respuesta inmediata, que funciona como mecanismo de control del maltratador temprano. La vacuna se llama: detectar, prevenir y educar (DPE).
Kechu Aramburu del Río
Publicado en el Correo de Analucia el 14 de Noviembre del 2014