viernes, 10 de enero de 2014

EL aborto no es cosa de mujeres

Aunque fundamentalmente sí, es nuestra vida y nuestra libertad, pero no sólo. Tiene que ver y mucho con los hombres, con los representantes de la Iglesia, con la parte de la conciencia habilitada para tal fin, con las entrañas del poder, con las estrategia políticas, con los procesos electorales, y como colofón con el retrato del Ejecutivo del PP, celebrado tras la Pascua Militar, para fijar las prioridades del tiempo que viene y que les queda. 

Llegó el Presidente y mandó callar, como no lo había hecho jamás, y fue precisamente el aborto, algo que se considera “cosa de mujeres” lo que obliga a Rajoy a parar el cisma que se estaba produciendo en sus filas, y no por la sangría de las discrepancias de Monago, Feijoo, Cifuentes, Villalobos y otras irrelevantes baronías más, asuntos que tienen ya algún prolegómeno, con temas como Cataluña, y que con un pequeño apercibimiento, han subsanado el error de no rezar como el Jefe.

No tiene nada que ver, pero este andamiaje para silenciar se parece bastante a las tácticas del blanqueo de lo que sea, y de las tapaderas de lo de mas allá, con ellas el presidente y su secretaria general han decretado que el discurso único, que el pensamiento único se llama “brotes verdes, final del túnel y malabares en la economía” y con esa letrilla, versus muletilla, cada mochuelo a su olivo pasando previamente por el despacho Gallardón, a recuperar los votos perdidos, siguiendo la partitura del conejo y la chistera.

Estamos ante un tema de Estado “calado”, “la arquitectura de su moral”, la que encuaderna su programa electoral, y con la que hacen creer a feligreses y ciudadanía que es una leve propuesta de reforma del Código Penal, para proteger la vida del no nacido, con leves matices de algún liberal, y con la consabida oposición de los rojos de siempre y las inmundas feministas de toda la vida.


El aborto da y quita alianzas, potentes aliados, y masa silenciosa, el aborto es una llave maestra para perder y ganar elecciones. La mujer en Oriente y en Occidente es la más valiosa moneda de cambio fabricada. Por eso, en esta tenebrosa España que nos están amasando, la enrocada e instaurada ideología ultra, aplaudida por Le Pen, ha decidido “abortar los derechos civiles y convertir en delito las libertades”
Kechu Aramburu del Río.
Publicado en el Correo de Andalucia,
el 10 de Enero del 2014