viernes, 8 de febrero de 2013

La España oficial y la España real.



Nadie recuerda quien mató a Kennedy, tampoco el nombre del toro que mató a Manolete, no pasa nada.



Lo peligroso es que no se recuerde porqué Al Capone fue a la cárcel: la sentencia a 11 años de prisión por evasión de impuestos, no por asesinato o contrabando.

Y es posible que tampoco recordemos que pasó con Bettino Craxi en la década de los 80, que tras la resaca del proceso judicial llamado “Manos Limpias”, en un intento de acabar con la corrupción imperante en la política italiana, el primer ministro señalado entre los corruptos tuvo que dimitir de su cargo.  Su partido no tardó en desaparecer y posteriormente “llegó  quién llegó” al poder,  en medio de un cuasi vacío político, Silvio Berlusconi un populista para un pueblo en busca de su salvador, el cual condenó a Italia a la bancarrota y su deslegitimado sistema llevó a la tumba la vida pública italiana. 
Esta es la tozuda historia que no por desconocida se repite, es muy español decir que esto sólo pasa en España, pero indiscutiblemente lo que sí tiene la marca del reino es la fractura insoslayable entre la España oficial y la España real, entre la España Mato, la España Gurtel, la España Nóos,  la España Pallerols, la España Palma Arenas, la España de los defraudadores ,de los evasores, de los traficantes de la pobreza y compañía, de los okupas de la política para lucrarse, de los golpistas de nuestra secuestrada democracia, y la España real de las dos millones y medio de personas en la pobreza absoluta y severa, de la España de casi  seis millones de parados.


Es necesaria una restauración democrática y devolverle la palabra al soberano, para ver como se desamortiza a los delincuentes de lujo, como se acaba con el cinismo de los ladrones VIPS, como desactivamos los enredos de este poder, como nos devuelven lo que nos han quitado.


Y como me dijo Maquiavelo  porque la culpa no es nuestra, dense prisa que se nos acaba el sentido común, y no nos cuenten lo que hay que hacer, hagámoslo. Por qué ¿quién teme a Virginia Wolf?

Kechu Aramburu.
Publicado en El Correo de Andalucía, 7-2-2013.