La victoria de Syriza, el triunfo de Tsipras, puede ser la antesala de la cancelación del memorándum de la austeridad, puede ser la apertura de una nueva era política en Europa, debería hacer reflexionar a quienes aplican las políticas anti-crisis a costa de empobrecer a los pueblos. Los resultados griegos son vitaminas para vencer el miedo, el letrero que nos enseñan las urnas del país hermano, dice literalmente, es posible acabar con la miseria y recuperar la dignidad.
Pero cuidado, la intachable hoja
del milagro griego tiene un borrón inadmisible, la creación del primer gobierno
de Tsipras. En Grecia, España,
Europa, y en cualquier rincón, hay algo tan elemental como demostrado,
no hay democracia sin la participación de las mujeres. Y es altamente
preocupante que no haya ni una sola mujer en el gobierno griego.
La emergencia
humanitaria que hacía inevitable el voto a Syriza, no llevaba parejo el
voto a un gobierno que invisibilizara la
capacidad de la mujeres para dirigir el país en una situación excepcional, tan
compleja como la que tienen las mujeres griegas cada día, allá donde
estén, y
la resuelven más que impecablemente. ¿Cómo creéis que se sienten,
pensando que se confía en ellas para luchar, pero no para gobernar el país, que
se delega en ellas para gestionar la economía doméstica, que ha permitido
sobrevivir a las familias griegas, pero ni un paso más?
¿No han considerado los partidos
que integran la coalición, presentar
para ministrable a ninguna de las
muchísimas mujeres que tienen en sus filas, o las no pocas independientes valiosísimas
de los movimientos sociales, que han estado liderando el combate por una Grecia
mejor?, ¿no había ni una? ¿Cómo puede asumirse sin perder la coherencia un gobierno masculino puro y duro, sin más
rostros que el de los varones? ¿Cómo pensáis que nos sentimos las mujeres de
otros confines, que íbamos a reescribir la historia con el primer ejemplo a
tener en cuenta? ¿Qué autoridad nos habéis dejado, para plantear la igualdad sin clausulas?
Kechu
Aramburu del Río
Publicado en el Correo de Andalucía
el 29 de Enero del 2015.
Publicado en el Correo de Andalucía
el 29 de Enero del 2015.