viernes, 13 de junio de 2014

«Elemental, querido Watson»

Ya lo dijo recientemente su Majestad Juan Carlos de Borbón en una epístola de la que se hizo eco la web Real. Quiso decir que son «malos tiempos para la lírica», pero silenció el verbo poético de German Coppini, el músico creador de Golpes Bajos, y saboreó la fábula de Tomas Iriarte sobre Los dos conejos.
 
 La pluma prestada del monarca acentúa la difícil coyuntura que soporta el pueblo español y osa pedir la recuperación de valores como el trabajo, el esfuerzo y la generosidad, poniéndose en duda quizás que este país por abajo ya lo ha dado todo y está a la espera de recibir algo de los de arriba.
 
Y continúa balbuceando locuciones del siguiente tenor: «No es buen momento para escudriñar en las esencias, ni para debatir si son galgos o podencos, y cuidado con quienes amenazan nuestro modelo de convivencia».
 


 Y rubrica con la desahogada sentencia inhibidora de la justicia: «La sociedad española no debe buscar culpables de la crisis, sino soluciones contra ella» como si dependiera de los peatones el final de la estafa, de esta mega-crisis de la que están saliendo los que pueden, y coinciden con los que ya tenían y tienen añadidos recursos para nadar y bucear, en lugar de los que se están ahogando y no disponen ni siquiera de flotador para llegar a cualquier orilla.
 
En estos albores del siglo XXI, la mítica frase de Sherlock Holmes «elemental, querido Watson» actúa, aquí y ahora, como notaria de un portavoz del pensamiento único, y se traduce así, del lenguaje babilónico, nosotros, monarquía, jefaturas, poderes estamos indefensos, por lo tanto evitemos que la gente desnuda y libre pierda el tiempo elucubrando sobre los peligros que acechan a estas vulnerables personas, ya que se corre el riego de sucumbir ante ellos.



Es todo tan de Catón, está todo tan requetepactado, que sorprende tanta tinta emborronada, tantas secuencias excusativas sobre los corazones tricolores.




Nadie está sugiriendo retratos en sepia y menos inservibles juramentos sobre quién es más republicano o monárquico.


 Se trata de que los que no pueden hablar están pidiendo algo tan básico como el derecho a decidir el presente y el futuro de su país. Maquiavelo dijo «todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir al pueblo a la desesperación».

Kechu Aramburu
Publicado en el Correo de Andalucia el 13de Junio del 2014